Se profundiza la crisis, cae la imagen de los políticos y las encuestas alertan: ¿puede haber voto bronca en 2021?

En 2019, entre Alberto F. y Macri juntaron casi 90 puntos. ¿Habrá lugar ahora para un tercero? ¿O el enojo se reflejará en votos blancos y nulos? Opinan analistas, dirigentes K y opositores.


Por Eduardo Paladini para Clarín.

La brutal caída de la actividad y su impacto en los índices sociales dispararon la pregunta reiteradamente en estos meses de coronavirus: ¿la crisis económica actual tendrá consecuencias comparables con la de 2001/2? Y con esa discusión aún abierta, entre otras cosas porque la pandemia por el covid no termina de encontrar su pico, se fue generando un debate paralelo. ¿La política puede terminar con su propia crisis? ¿A esto se refería Eduardo Duhalde cuando alertó inesperadamente por un posible golpe de Estado? Sin llegar a esos extremos, encuestadores y dirigentes oficialistas y opositores se detienen en una duda más cercana: ¿cómo repercutirá todo esto en las elecciones legislativas de 2021?

A menos de 10 meses para las PASO que abrirán el calendario electoral nacional, Clarín habló con dos ministros del Gobierno nacional, dos de los principales referentes opositores, más cuatro analistas políticos y les planteó algunos disparadores. La profundidad de la crisis y el hartazgo con muchos políticos, ¿puede terminar con la grieta en los comicios del año próximo? ¿Puede volver el voto bronca o emerger alguna variante antisistema?

La puja entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio produjo un récord en 2019: con los 88 puntos y pico que sumaron entre las dos fórmulas presidenciales en la primera vuelta, configuraron la segunda elección más polarizada desde la vuelta de la democracia, sólo superada por el casi 92% que juntaron entre Raúl Alfonsín (51,75%, UCR) e Italo Lúder (40,16%, PJ) en 1983. ¿Ese fenómeno puede romperse en el próximo comicio legislativo, en los que suele haber más dispersión?

Las encuestas que fue publicando Clarín desde fines de junio muestran al Frente de Todos y Juntos por el Cambio claramente arriba del resto (en general, primero el FdT, aunque en baja; y segundo JxC, en alza), pero con las variantes de centroderecha o antisistema ya en los dos dígitos. El gran interrogante es si cuando se acerque la hora de votar, la grieta no terminará diluyendo estas opciones y todo se concentrará con la lógica de que gane o pierda el peronismo/kirchnerismo.

La mirada en la Casa Rosada

Clarín habló con dos ministros del Gabinete nacional, que prefirieron el anonimato para dar su opinión. Uno de esos funcionarios, de los más activos por la crisis que generó la pandemia, cree que «quizá como nunca, la gente está 100% concentrada en su vida cotidiana y fuera del debate político. Primero era ver dónde conseguir comida y ahora, cómo mantener el empleo, cuidar a los chicos. Me parece que nadie tiene en la cabeza la votación, muchos ni deben saber cuándo ni qué se vota. Por lo que más allá de que puedan decir si les gusta o no el Gobierno, o si votarían a tal, creo que no tiene ningún valor hoy y puede cambiar».

El otro ministro, que también tuvo que reconfigurar su trabajo por el Covid, consideró que «el desafío va a ser para los dos espacios centrales, buscar quién de los suyos puede comer el centro. De hecho el debate interno nuestro es para eso. No creo que variantes como (José Luis) Espert o (Javier) Milei puedan capitalizar el descontento. Y tampoco veo por ahora que pueda surgir un voto bronca como en 2001».

Aquel año, más del 20% de los electores que fueron a las urnas en todo el país votaron en blanco o anularon su voto como señal de disconformismo con la situación general. Anticipo de la caída del gobierno de Fernando De la Rúa unos meses más tarde.

La mirada en la oposición

Clarín habló con Patricia Bullrich, titular del PRO; y con José Luis Espert, el precandidato que aparece más firme en los sondeos como tercera opción. Ambo s coincidieron que el escenario para 2021 está muy abierto. Cada uno, claro, apuesta a arrimar votos para su molino.

Para la ex ministra de Seguridad, del ala dura de JxC y quien suena para la lista porteña del año próximo, «si nosotros no representamos bien a la gente, esos fenómenos van a surgir. Depende de nosotros».

Para el economista libertario, quien cuestiona al kirchnerismo y al macrismo por igual, parte de esto ya está ocurriendo. «Nuestra postura es bien anti-sistémica, bien contra política tradicional y profesional. Pero no por una cuestión adolescente, sino porque la política tradicional de la Argentina ha destruido el país: cuatro millones de personas viviendo en villas, la mitad de la gente pobre, inseguridad, drogas. Hace medio siglo esto no ocurría».

«Por eso -sigue Espert- nuestro discurso engancha mucho con la gente. Nosotros estamos captando mucho hoy de ese enojo de la gente contra la política tradicional. Con Luis Rosales comenzamos así y con Milei lo reforzamos».

La mirada de los analistas

Los encuestadores son los que viene percibiendo y publicando en sus sondeos la caída generalizada de la imagen de los políticos, el fuerte rechazo a las dos principales figuras de la grieta -Cristina Kirchner y Mauricio Macri-, y un pesimismo creciente en la sociedad por la combinación de la pandemia con la caída de la actividad. Sin embargo, no hay coincidencia sobre cómo puede derivar esta situación en las urnas el año próximo.

Lucas Romero, de los consultora Synopsis, fue de los primeros en alertar por el aumento del rechazo a los dos ex presidentes y ciertas señales de hartazgo de la sociedad. Sin embargo, advierte: «Creo que a pesar del contexto social y económica, la representación política hoy está consolidada. No hay crisis en este sentido. En 2001, tenías una porción del electorado que se había generado mucha expectativa con la Alianza y se vio frustrada rápidamente. Es decir, hubo una crisis de representación en uno de los polos que animaba esa competencia».

«En Juntos por el Cambio, tenés una dirigencia que públicamente hace una autocrítica de los que fue esa gestión, y eso reconstruye la representación con un sector del electorado que podría haberse alejado porque no hubo respuesta durante el mandato de Macri. Esto no deja margen para un tercer actor protagónico fuerte. Salvo que los Espert o Milei pongan sobre la mesa una variante más competitiva que Juntos por el Cambio para ganarle al kirchnerismo. Si no, primará el voto útil y la elección se definirá entre los dos polos».

Sergio Berensztein, director de la consultora que lleva su nombre, cuenta que «es una de las incógnitas que estoy siguiendo: si se puede dar la ruptura, como con el voto bronca en 2001. Todo ese sentimiento anti política, del que participaban chicos que luego formaron La Cámpora, yo hoy no lo veo. Hoy tenés dos coaliciones muy grandes, más los emergentes de centro derecha, que contienen la crisis. Habrá que ver qué pasa si se profundiza la crisis».

Alejandro Catterberg, de Poliarquía, enciende un alerta: «Estamos ante una sociedad cansada, golpeada, con tres años seguidos de recesión con alta inflación. Y predomina el pesimismo. Ante mayor pobreza, mayor desigualdad, más violencia, más protestas en las calles, el reclamo puede transformarse en un ‘que se vayan todos'».

«O un escenario también preocupante -agrega Catterberg-, en el que el votante silencioso, el ciudadano común, vea una situación tan conflictiva que salga espontáneamente a protestar y a desentenderse absolutamente de la política. O a abrazar a algún outsider que puede llevarse puesta a toda la política tradicional».

Martha Reale, de RDT Consultores, tuvo en su último estudio un alto porcentaje de encuestados que eligió la variante «anti sistema» como posibilidad para la próxima elección. «La crisis social y económica no sólo está generando un desgaste prematuro en la figura presidencial y el oficialismo en general, también está alcanzando al conjunto de la dirigencia. Este mes, el porcentaje de personas que no se siente representada por ‘ninguna’ de las opciones que se perfilan en la oferta electoral para las elecciones del año próximo, escaló más de 8 puntos respecto del último trimestre y superó los 27 puntos. Son los que tomamos como ‘anti sistema'».

«No obstante -concluye Reale-, dicho porcentaje es ante todo esencialmente anti kirchnerista. Con lo cual, es extremadamente probable que cuando llegue el momento de la elección, para una buena porción de ellos se imponga la decisión del ‘voto útil'».

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