Amnistía Internacional Argentina: “La expresión tiene límites cuando hay odio”

La directora ejecutiva Mariela Belski habló sobre el estudio que se llevó a cabo en el país para evaluar el comportamiento de la red social luego de las críticas al Gobierno.


El mundo de las redes sociales puede ser maravilloso para poder expresar opiniones y coincidir o no con un debate puntual, pero mientras sea con respeto podría alimentar a un crecimiento personal, más allá de que en ciertos casos nunca se sabe quién es la persona que está en casa cuenta social.

Pero cuanto el debate traspasa la barrera del respeto, es ahí cuando nace la duda de quiénes son los responsables que están detrás de cada cuenta y utilizarla para generar algún comentario negativo sobre un determinado tema, objeto o situación. Éstos son los denominados “trolls”, que puede ser una persona que no pone su nombre y genera ataques; aunque también hay gente que de forma natural se manifiesta en contra.

Es por tal motivo que Amnistía Internacional denunció que la Argentina no es la excepción en un escenario global de creciente violencia institucional, en el que se registra una criminalización cada vez mayor de la protesta social con un uso excesivo de la fuerza pública.

Bajo ese contexto, la directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina Mariela Belski explicó que “Amnistía Internacional puso un tema en agenda bastante nuevo con los trolls”.

El trabajo que se realizó en la Argentina es un determinado debate público en redes sociales que relevar tweets de periodistas y defensores de DDHH que no son críticos al Gobierno y en base a eso “el objetivo del estudio es ver qué pasa con el comportamiento de twitter cuando hay una posición de personas que critican al Gobierno”.

“Elegimos todas personas que son críticos ocasionales al Gobierno, todos de distintos medios. Vimos que cuando estas personas tenían posiciones críticas, había ataques masivos hacia ellos”, manifestó Belski en diálogo con Quiero vale Cuatro por FM Milenium. Y remarcó que “la expresión tiene límites, ningún derecho es absoluto. Tiene límite cuando hay odio o amenazas de muerte”. Es por eso que reconoció que “estamos hablando con Twitter” para que adopten medidas para “evitar estos abusos”.

Al mismo tiempo, la directora ejecutiva indicó que “no pedimos regulación del Estado o que se den de baja cuentas. Pedimos a Twitter que interceda cuando hay robots o cuando hay noticias falsas. Deben tener una política interna”.

 

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