El Gobierno recibe un gran espaldarazo y el PJ sigue buscando líder

Las PASO quizá hayan tenido su última excursión en la Argentina, pero sirvieron para mostrar un panorama acabado del humor social en el país. Ese diagnóstico inicial debe ser refrendado en las elecciones de octubre pero, a priori, indica que el Gobierno recibió un amplio respaldo para encarar su agenda de reformas y que la oposición debe formatearse para buscar un nuevo líder, con el kirchnerismo en claro retroceso.

El importante nivel de participación (74% del electorado) y la polarización con Cristina Kirchner, que se nacionalizó, jugó a favor de Cambiemos.  El oficialismo traccionó votos de ciudadanos que seguramente estaban más convencidos de rechazar el pasado que para revalidar el presente. De esa división, clara, hubo varias víctimas políticas, empezando por Sergio Massa, Florencio Randazzo y los gobernadores dialoguistas, cuyos territorios quedaron bajo amenaza de cara a 2019.

Ya se sabía que Cambiemos sería la opción más votada en todo el país porque es el único espacio que tenía representación en todos los distritos. Pero el Gobierno celebraba triunfos en los cinco distritos más importantes del país. El festejo incluyó a la provincia de Buenos Aires, aunque a la madrugada derivó en un virtual empate técnico en la pulseada por el Senado. Más allá del resultado final, nuevamente María Eugenia Vidal apareció como figura desequilibrante frente a lo que la mayoría de los encuestadores anunciaba como una clara derrota oficialista.

De los primeros datos se desprende que el Gobierno ganaba en bastiones opositores como Córdoba, Santa Cruz, San Luis, La Pampa, Neuquén y Entre Ríos para totalizar «victorias» parciales en 10 provincias. Estaba peleado el final en Santa Fe.

En caso de repetirse esta elección en octubre, el Gobierno habrá engrosado su estructura legislativa -amplía las dotaciones de manera significativa en senadores y diputados- y su base de sustentación política para llevar adelante las reformas que hasta este domingo estaban bajo la lupa.

El crecimiento del oficialismo contrasta con la fragmentación opositora.  Con altos niveles de rechazo en todo el país, Cristina Kirchner retrocedía en su bastión, Buenos Aires, y posiblemente deba archivar su sueño de regresar al poder en 2019. Pero tampoco hay emergentes como para hacerle sombra al Gobierno. Entre los que guardan ambición presidencial quizá el salteño Juan Manuel Urtubey es el que quedó mejor parado con un triunfo en su provincia.

Entre los grandes derrotados de la elección se encuentran, Martín Lousteau y Florencio Randazzo, además de Massa, quienes se lanzaron a cruzadas propias contra poderes establecidos y la apuesta les salió mal. El ex embajador en Estados Unidos no alcanzaba a reunir el 15% de los votos en la Ciudad de Buenos Aires y quedaba tercero detrás de Elisa Carrió y el kirchnerismo, mientras que el ex ministro del Interior y Transporte orillaba el 6% en la provincia.

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