YPF, cerca de volver a sumarse a la Cámara Argentina de Energía

La petrolera estatal retornaría a la CADE, fundada por el macrismo, luego de la gestión de Alberto Fernández. Los detalles.


Luego de su salida en el 2020, Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) analiza volver a sumarse a la Cámara Argentina de la Energía (CADE).

Fuentes de la empresa indicaron a este medio que la compañía buscará sumarse nuevamente a la Cámara Argentina de la Energía, organización fundada en 2019 y de la cual la entidad fue una de sus principales promotoras.

La CADE (Cámara Argentina de la Energía) nuclea a las empresas lideres del sector abarcando toda la cadena de producción con el foco puesto en la energía generada por el petróleo y gas de Vaca Muerta.

Esta decisión de YPF no obstruye su participación en otras cámaras del sector como la ya reconocida CEPH- Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos, donde la compañía nacional es autoridad y participa activamente de sus comisiones de trabajo.

No obstante, la compañía luego de una deliberación con los asociados y directivos de la CEPH se abstendrá de participar en toda comunicación externa, a menos que la propia compañía estampe la firma en los comunicados oficiales.

INVERSIÓN MILLONARIA DE YPF EN VACA MUERTA

Esta semana, la petrolera estatal anunció que invertirá US$3.000.000 en Vaca Muerta, siendo la mayor erogación de dinero en la historia de la compañía.

La nueva estrategia, bautizada “Plan 4×4″, busca transformar a YPF en una compañía “shale de clase mundial” y aspira a batir récords en la producción de petróleo y gas en Argentina para transformarse en una gran exportadora de hidrocarburos para el año 2030.

El Plan fue presentado por Horacio Marín, el nuevo CEO y presidente de YPF y está centrado en 4 pilares:

1. Aceleración de la producción de petróleo en Vaca Muerta: A partir de los niveles de competitividad y eficiencia alcanzados en los últimos años, YPF espera un crecer a partir del desarrollo de Vaca Muerta, al pasar de una producción de 97 mil barriles de petróleo por día en 2023 a 250 mil barriles de petróleo por día en 2027. Como resultado, el 80% de la producción total de petróleo de la compañía será no convencional.

2. Disciplina financiera en la gestión de inversiones: La compañía priorizará las inversiones de mayor rentabilidad, buscando maximizar el valor para sus accionistas. En este sentido, en febrero de 2024, el Directorio de la compañía aprobó un plan de optimización de yacimientos convencionales maduros. El plan contempla la salida de más de 50 bloques convencionales, que representan el 60% de la producción de petróleo convencional y el 40% de la producción de gas convencional y menos del 1% del EBITDA de la compañía. De esta forma, YPF busca racionalizar significativamente sus costos operativos, reduciendo un 50% el lifting costo en los próximos 2 años y redirigir alrededor de 800 millones de dólares de inversiones al desarrollo de Vaca Muerta.

3. Maximizar las eficiencias operativas en los negocios: En el negocio del Upstream, YPF aspira a continuar mejorando las eficiencias operativas en la perforación y fractura de pozos entre un 10% y 15% en los próximos 2 años mediante la automatización, estandarización de procesos y la incorporación de nuevas tecnologías. Adicionalmente, en el negocio del Downstream, la compañía apunta a crecer un 10% los niveles de procesamiento de sus refinerías y reducir costos operativos que le permitan mejorar los márgenes del negocio hasta 3 dólares por barril en 2027.

4. Proyecto de LNG en Argentina: El cuarto y último pilar del Plan se basa en la construcción de la primer planta de licuefacción para exportar GNL en Argentina. Se trata de un proyecto transformador para la compañía en el mediano y largo plazo, que le permitirá al país exportar anualmente unos 15 mil millones de dólares de gas a partir 2032. YPF espera liderar el proyecto en conjunto con otros socios de la industria. Por último, en el plano financiero, la compañía espera mantener una política de prudencia financiera, proyectando para el año 2024 niveles de endeudamiento neto de entre 1,5 y 1,7 veces el EBITDA ajustado.

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