La autoridad monetaria busca cerrar al máximo el cepo cambiario para frenar el drenaje de reservas y cualquier intento de devaluación. Freno de Alberto Fernández y Martín Guzmán.
Por Marcelo Bonelli para Clarín.
Miguel Pesce, el titular del Banco Central, le propuso al Presidente una medida drástica: eliminar el dólar ahorro y prohibir la compra libre de 200 dólares mensuales para atesorar.
La autoridad monetaria busca cerrar al máximo el cepo cambiario, para frenar el continuo y peligroso drenaje de reservas.
Pesce, en las últimas reuniones de directorio, propició la extrema medida. Dijo que era necesario el torniquete para evitar cualquier intento de devaluación.
Un informe secreto del BCRA expone lo dramático de la situación. En su texto afirma: los ahorristas se lanzaron masivamente a comprar billetes baratos.
El “paper” asegura que el ritmo de compras –entre enero y marzo- involucraba a 500.000 ahorristas. El dato confidencial afirma que en julio hubo 4 millones de personas que compraron dólar ahorro.
Las reservas disponibles (con oro y derechos de giro) llegan a 10.700 millones de dólares. Pero la tenencia de billetes es menor: los dólares de libre disponibilidad alcanzan solo a 5.000 millones.
La cuestión explica la tensión que tiene el mercado cambiario: constantes subas y el BCRA sufre un drenaje diario sostenido.
Pesce habló en privado del tema con el Presidente. Fue una reunión franca y caliente. Explicó un argumento fuerte: dijo que los escasos dólares deben estar disponibles para la reactivación.
Pero -según confirmó Clarín- Alberto Fernández frenó en seco la propuesta. El Presidente afirmó que suspender la compra de dólar ahorro tiene un fuerte y negativo precio político.
Martín Guzmán tambien opinó: estuvo en contra del BCRA. El jefe de Hacienda contradijo a Pesce y advirtió que esa medida extrema recalentaría el dólar financiero y haría saltar al paralelo.
En Economía tienen una lectura “light” del problema. Guzmán insiste en que el acuerdo de la deuda tranquilizará el billete. El martes, Argentina eleva la propuesta oficial de pago a la SEC.
Este jueves, en un exclusivo seminario de Manhattan, los “lobos” de Wall Street dijeron que el dólar está atrasado.
El conflicto está abierto, porque el drenaje de divisas es una activada bomba de tiempo. La cúpula del FMI ya alertó del problema. Los burócratas de Washington tienen viejas y peligrosas recetas.
En los últimos dos años de Mauricio Macri, los emisarios Roberto Cardarelli y Alejandro Warner potenciaron los serios problemas que provocó Cambiemos: liberaron el mercado cambiario y saltó todo.
Ambos fueron desplazados en Washington. Clarín confirmó que los nuevos burócratas ahora aceptan seguir con los controles cambiarios en Argentina.
Luis Cubeddu y Julia Kozack –los flamantes auditores del FMI- mantuvieron contacto con banqueros de Argentina. La pareja habló del urticante problema cambiario de Alberto.
También, del desequilibrio total de las variables macroeconómicas. En esa intimidad, Cubeddu hizo una definición trascendente sobre el dólar. Así lo afirmó: “En el FMI estamos convencidos de que en Argentina, por muchos años tiene que haber control y no mercado libre de cambio”.
Para los hombres de negocios, la economía enfrenta una “tormenta perfecta”.
El anuncio de la fabricación local de la vacuna contra el Covid generó alivio en la UIA: abre una esperanza, después del tsunami de incertidumbres.
En forma confidencial, se conoce que las primeras dosis estarían en octubre: en caso de funcionar, a comienzos de año se podría normalizar la producción.
La negociación del acuerdo se inició hace tres meses. Estuvo a cargo Agustín Lamas, el CEO para Latinoamérica de AstraZeneca.
Lamas, Tony Slim –el hijo del magnate mexicano– y el argentino Hugo Sigman le dieron forma al trascendente convenio.
El acuerdo es totalmente privado. Ginés González García fue emisario para transmitir un mensaje político: el interés de la Casa Rosada para asegurar el abastecimiento.
La cuestión se cerró hace un mes. Lamas fue a Olivos y habló a solas con Alberto. Sigman tuvo un papel trascendente. Tiene un diálogo directo con el Presidente y ambos conversaron –el miércoles- antes del anuncio.
Ese camino intenta transitar el Consejo Agroindustrial Argentino. La propuesta es la única y concreta del movimiento empresario. Pero la movida tiene turbulencias: la Sociedad Rural cuestionó su acercamiento a Cristina Kirchner.
El encuentro con la vicepresidenta lo armó la senadora cristinista María de los Angeles Sacnun. Fue una jugada audaz.
Cristina los sorprendió al conocer el plan y los ablandó de entrada: “Saquémonos el barbijo, porque parecemos delincuentes”.
Hubo una carcajada nerviosa. José Martins, Roberto Domenech y Gustavo Idigoras se sorprendieron con otra teoría de la vicepresidenta: “Para mí, la virtud de la inteligencia argentina está vinculada al consumo de carne vacuna”.
El plan es ambicioso. Pero primero deberá superar los conflictos internos.
El trío que lidera el Consejo dice que la Rural se opone, porque en la tradicional sociedad hay una actitud ideológica militante a favor del macrismo. El ex ministro Luis Etchevehere influye fuerte.
Etchevehere sostiene que la propuesta no es ingenua: busca reimplantar beneficios para las aceiteras que Mauricio Macri eliminó, por 500 millones de dólares.
El ex ministro le apunta al aceitero Roberto Urquía. Y tira por elevación a Miguel Acevedo, titular de la UIA.
En el Consejo Agroindustrial contragolpean: dicen que son mentiras de la politiquería. También hay una feroz interna en la propia Rural. En septiembre, se eligen autoridades y dos listas compiten: Daniel Pellegrina busca la reelección y Nicolás Pino –su actual vice- lo quiere desbancar.
La elección del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se convirtió en otro conflicto para Argentina. Alberto Fernandez eligió un camino de no retorno: la Casa Rosada apuesta a que Donald Trump pierda la elección.
Es explícito. Se trata de una jugada de alto riesgo. Trump está muy atrás en las encuestas, pero nada está seguro en el –ahora- impredecible EE.UU.
En total minoría –con Chile, Costa Rica y México- Alberto busca aplazar la elección en el BID y frustrar la nominación de Mauricio Claver-Carone.
La tesis es la siguiente: si Trump pierde, el candidato de EE.UU. se cae y vuelve a tener chance Gustavo Béliz. La ofensiva contradice la búsqueda de apoyos en Washington. Es inconciliable, con la millonaria contratación del lobista Thomas Shannon para que EE.UU. ayude a la Argentina en el FMI.