«You win», contó Mauricio Macri que le escribió el rabino Dov Beer Riger Hacohen, experto en cábala, por los problemas que enfrenta hoy Alberto Fernández.
Por Jaime Rosemberg para La Nación.
Una eminencia mundial en cábala, la disciplina judía que entre otros objetivos busca develar los mensajes ocultos de la Biblia, felicitó a Mauricio Macri por «perder la elección» de 2019, y lo peor de todo es que el expresidente se rio de la ocurrencia.
Efectivamente, el rabino Dov Beer Riger Hacohen, denominado el Admor de Malta, un admirado cabalista, generó un vínculo de confianza con Macri, quien lo recibió en la quinta de Olivos en 2018 y con el que se mantiene en contacto por mail.
Esa amistad permite algunas licencias: el mismo Macri comentaba, días atrás y en sus oficinas de Olivos, que el rabino lo «felicitó» por perder contra Alberto Fernández en las elecciones del año pasado, habida cuenta de la multitud de problemas (economía, pandemia, tensiones internas con su vicepresidenta) que afronta el actual mandatario. «You win», le escribió el veterano religioso a Macri, que según cuentan cerca suyo coincide con el análisis y cree que le «hubiera sido imposible gobernar» en un escenario tan desfavorable, con el kirchnerismo manejando la provincia de Buenos Aires y el Congreso en manos de Cristina y Máximo Kirchner.
Empeñado en «sustituir las fronteras religiosas y sostener a la humanidad con el bien común y la superación de las restricciones por religión o raza», el Admor de Malta sostiene también vínculos con empresarios argentinos y solía visitar Buenos Aires antes de la pandemia.
Mientras intercambia mails con el Admor, que tiene su casa de estudios en la pequeña isla europea de Malta, Macri aguarda la inminente vuelta al país de otro de «sus» rabinos: su exministro de Ambiente Sergio Bergman, quien meses atrás asumiera la presidencia de la Unión Mundial del Judaísmo Reformista con sede en Nueva York, aunque se mantiene activo en Juntos por el Cambio a través de una serie de encuentros virtuales organizados desde su fundación Argentina Ciudadana, y que ya congregó a Ernesto Sanz, Patricia Bullrich, Alfredo Cornejo y Miguel Ángel Pichetto, entre otros.
Alberto Fernández, entre risas y advertencias con un intendente Pro
A comienzos de semana, y sin imaginar que la muerte del astro futbolístico Diego Maradona se sumaría a sus preocupaciones de gestión por varios días, el presidente Alberto Fernández se encontró en la quinta de Chapadmalal con su viejo amigo, el intendente de Mar del Plata y dirigente macrista Guillermo Montenegro. Como excompañeros de universidad y admiradores del fallecido exprocurador Esteban Righi que son, el Presidente y el intendente combinaron las discusiones puntuales sobre eventuales medidas para recuperar empleos o la temporada turística con anécdotas personales y familiares.
Tan relajada fue la charla que el Presidente, antes de irse, le indicó a Montenegro: «La próxima reunión es en tu casa». Lo que le siguió fue una advertencia del exministro de Justicia de Mauricio Macri en la ciudad. «Mirá que en casa están mis mellizos, te van a volcar la gaseosa en el pantalón», le dijo divertido el intendente, siempre contento por la llegada, hace menos de dos años, de Simón y Martina. Luego de reírse con ganas según contaron cerca del intendente, el Presidente redobló la apuesta y prometió ir de todos modos, aunque de seguro con las prevenciones del caso.
Katopodis sale a comprar frutillas por las difíciles calles del conurbano
Obsesivo con el trabajo según lo describen quienes comparten su rutina, el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, no abandonó una costumbre heredada de su paso por la intendencia de San Martín. Haciendo caso omiso de las advertencias de sus custodios, Katopodis sale regularmente a comprar frutas y verduras cerca de su casa, próxima al municipio que comandó entre 2011 y 2019.
Cerca suyo destacan que, como lo pedía Domingo Cavallo en sus tiempos de gloria y poder, el ministro «consulta y busca ofertas», sobre todo de sus frutas preferidas, como la frutilla (que consiguió días atrás por $250 los dos kilos), haciendo gala de una práctica que a muchos les hizo recordar a la canciller alemana, Angela Merkel, acostumbrada también a buscar ella misma su comida en su casa de Berlín.
«¿Así que ella también lo hace? Está muy bien, así Kato no queda como el único marciano», se rieron cerca del ministro, que se dispone a acelerar los planes de obra pública aprobados por el Congreso, que contienen la friolera de $262.000 millones destinados a obras públicas en todos los rincones del país, a las que hay que sumar los futuros aportes a obras de otros ministerios.