Sin avances en proyectos conflictivos, el Gobierno intenta ganar tiempo y hace equilibrio entre EEUU y China

Desde el oficialismo aseguran que el 5G, la compra de aviones y la licitación de la Hidrovía, que incomodan a Washington, no prosperarán en lo que queda del mandato de Alberto Fernández; llega la vicesecretaria de Estado, Wendy Sherman.


Por Jaime Rosemberg para La Nación.

“A nadie se le ocurrió reírse de China”, ironizaron desde la Casa Rosada, en una mirada algo autocrítica de la frase del presidente Alberto Fernández relacionada con una presunta risa compartida con su par Joe Biden, en la Casa Blanca y apuntada hacia Donald Trump.

Lo cierto es que las demandas de Estados Unidos, en plena guerra política y comercial con el gigante asiático, sobrevolaron la reunión a solas y también el encuentro ampliado que ministros de ambas administraciones sostuvieron la semana pasada, en el centro del poder mundial. La visita, en estas horas, de la vicesecretaria de Estado, Wendy Sherman, está inscripta en la necesidad de Washington de reforzar lazos con lo que considera un aliado en problemas.

La llegada al país de la tecnología 5G, la cuestionada venta de aviones de combate y el control de la Hidrovía son tres de los objetivos en los que la China gobernada por Xi Jinping demostró interés en los últimos meses. Ante la evidente molestia que esos eventuales avances provocan en la administración Biden, el Gobierno busca ganar tiempo y sostener un delicado equilibrio entre la necesidad de apoyo de Washington para la negociación con el FMI y la sostenibilidad de un gobierno con fecha cercana de vencimiento, y la posibilidad de continuar negocios y proyectos ya iniciados con China, algunos de los cuales representan inversiones multimillonarias, como el litio.

“Nadie habló en ninguna reunión sobre China en esos términos. Eso es algo que plantea (Marc) Stanley pero que no existió en la reunión y no es parte de la agenda del Gobierno”, afirmaron, tajantes, cerca del canciller Santiago Cafiero, quien participó junto al Presidente y el ministro de Economía, Sergio Massa, de la reunión ampliada con Biden y sus funcionarios más destacados.

Con esa frase, desde los despachos oficiales asumieron que el embajador norteamericano en el país expresó de modo discreto la incomodidad de Washington ante los avances de China, sin salirse del libreto que emana del secretario de Estado, Antony Blinken. “Fernández condenó de modo claro la invasión a Ucrania, que es lo primero que tiene que hacer un país hoy para quedar bien con Estados Unidos”, comentó una fuente muy cercana al gobierno norteamericano, para quien el Presidente se llevó también el pedido para que “el comercio de granos no caiga en manos chinas en la Hidrovía”, que el 5G no se instale en territorio argentino como parte de la guerra tecnológica y que Argentina no compre aviones a China, aunque el país sufre aún el bloqueo de Gran Bretaña, que impide la compra de material para la Defensa originado en ese país desde la guerra de Malvinas. Cafiero y Massa serán, precisamente, dos de los interlocutores con la vicesecretaria Sherman, a su paso por el país, en el que también “se reunirá con miembros de la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina), visitará sitios conmemorativos históricos, se reunirá con líderes sindicales y con representantes del sector privado”, según destaca el comunicado oficial.

Fuera de micrófono, desde el Gobierno asumen que no habrá tiempo para avanzar en estos rubros. “Operativamente nos quedan seis meses de gobierno, y hay jugadores que son especialistas en ralentizar todo”, reconocieron desde un importante despacho oficial con conocimiento de las gestiones oficiales en estos temas ríspidos.

Como respuesta oficial, en el Gobierno aducen que adoptar o no el 5G es “potestad de las empresas de telefonía”, que “una vez que liciten el espectro comprarán la tecnología que les convenga”, sea norteamericana, china o europea, afirman. En relación a la Hidrovía Paraná-Paraguay, por cuyas aguas circula la mayor parte de la producción exportable del país, hoy en manos de la Administración General de Puertos que a su vez contrata a la empresa belga Jan de Nul, desde la Casa Rosada y la Cancillería sostienen que “hay una licitación pública internacional que la AGP está confeccionando. Todas las empresas pueden participar”. La lentitud con la que se viene avanzando en esa licitación, con un consejo asesor atado a vaivenes políticos y sin conducción, le da la razón a quienes aseguran que no habrá cambios hasta bien entrada la próxima gestión presidencial.

En relación a la compra de hasta 18 aviones-caza (los Mirage que cumplían esa función desde la década del setenta lucen hoy obsoletos), desde el Gobierno indicaron que “aún no hay definición sobre la compra por que no está finalizada la propuesta de financiamiento y cuestiones técnicas específicas, como partes, armamento)”. El Ministerio de Defensa, que encabeza Jorge Taiana, es el encargado de analizar las propuestas, entre las cuales figuraba una de Rusia, rechazada de plano luego del inicio de la invasión de Vladimir Putin a Ucrania.

Mientras Estados Unidos busca, según pudo saber LA NACION, sortear por medio de algún cambio en la legislación, el impedimento legal impuesto desde la guerra con Gran Bretaña, desde la embajada en China que comanda Sabino Vaca Narvaja reiteran en que “es difícil competirle a China porque suele darte financiamiento más barato” para la compra, un tema no menor en momentos de gran escasez de dólares para sostener la economía nacional.

En la reunión con senadores de Estados Unidos, que visitaron el país esta semana, el canciller Cafiero insistió en la necesidad de renovar el acuerdo con ese país por el denominado sistema general de preferencias, para bajar los aranceles a los productos argentinos, con intenciones de exportar. “Ese es el tono, buscamos mejorar las inversiones”, respondieron desde el Palacio San Martín. Un dato: además de ver a Cafiero y Massa, los senadores también visitaron a Taiana, aunque no trascendió si la compra de los aviones fue uno de los temas tratados.

Por el otro lado, y con las gestiones de Vaca Narvaja desde Beijing, continúa la inversión china en minerales como el litio. En estos días, el gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, llegó a ese país para reforzar lazos con las empresas que explotan el litio en su provincia, entre otros objetivos. Mientras Massa prepara su visita oficial a China, postergada para el mes próximo, Estados Unidos se resigna a que el proyecto de estación espacial que China tiene en Neuquén continúe, “porque tampoco (Mauricio) Macri la desactivó” durante la gestión de Cambiemos.

“No es momento para mover una ficha de más”, resumen desde el Gobierno para ratificar que seguirán sosteniendo el equilibrio. “China nos amplió el swap, Estados Unidos nos ayuda y nos da aire con el FMI. Hay que seguir así”, reconocen atribuladas fuentes oficiales.

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