Antes las provocaciones de Kim Jong-un, la Casa Blanca no se queda atrás y ya envió un submarino a las costas asiáticas.
En su aniversario por los 85 años de sus fuerzas armadas, Corea del Norte amenazó con un ataque imprevisto contra Estados Unidos y Corea del Sur, advirtiendo que su eventual ofensiva transformará las tierras de sus enemigos «en infiernos ardientes».
El presidente Donald Trump reaccionó muy rápido a la palabras del gobernante Kim Jong-un, y como contraataque envió un submarino nuclear.
Mientras el régimen norcoreano realizaba juegos de guerra con munición real, el USS Michigan, armado con misiles, llegó a la región para sumarse a la flota encabeza por el gigantesco portaaviones USS Carl Vinson, el buque que Kim Jong Un amenazó con hundir.