Aunque el oficialismo avisó que sufragó la mitad del electorado, la oposición aseguró que la abstención fue del 87 por ciento.
En una jornada terrorífica, el régimen de Nicolás Maduro impuso este domingo su polémica Asamblea Constituyente con protestas que acabaron en la muerte de 16 personas. La gran mayoría de los venezolanos le dieron la espalda a esta medida que desató una condena mundial desde América hasta Europa.
Manifestantes opositores cortaron algunas calles con sogas o barricadas de basura, pero las fuerzas de seguridad se encargó de reprimirlos. Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), organismo controlado por el chavismo, poco más de 8 millones de personas -un 41,5 por ciento del padrón- participaron en la elección.
«Tenemos asamblea constituyente», declaró Maduro en un acto público en el centro de la capital tras el reporte de resultados, desestimados por sus adversarios y por la comunidad internacional. «No pudieron detener a un pueblo, ni con la amenaza, ni con el engaño, ni con la mentira». Aseguró también que la Asamblea «levantará la inmunidad parlamentaria a quien haya que levantarla», actuará contra la «burguesía parasitaria» para solucionar la crisis económica y se hará con el mando de la Fiscalía «para que haya justicia».
La elección no solo se realizó con el repudio de la oposición, sino también de todo el Mercosur, la Iglesia católica y de otros sectores como el académico y el empresarial. Según lo diputados disidentes, el mandatario de 54 años intentar eludir las próximas elecciones, incluidas las presidenciales del 2018 y perpetuarse en el poder.
