El subteniente Carlos Javier Gómez fue el que llevó a cabo el operativo en el cual Jorge Castillo se resistió a los tiros.
«Nos disparó a matar», afirmó ante la prensa el oficial de la Policía Bonaerense y recordó: «Entramos identificándonos. Primero “limpiamos” la parte de abajo de la casa, donde reducimos a la custodia. El equipo trabajó muy bien, no le dimos ni tiempo a las alarmas. Y después fuimos arriba, al búnker, que es prácticamente otra cosa. Jamás en mi vida había visto un lugar así. Tenía una puerta blindada. Nosotros tenemos especialistas en puertas y esa no la podían abrir».
Mientras le pedían que se entregara, el uniformado explicó que: “Bajó con la mujer y los hijos abrazados a él. Abrió la puerta con sus medios, porque era imposible abrirla con la brecha. Dijo que era un comerciante, que no tenía nada que ver, mientras la mujer nos insultaba. Tenía una Glock 40, pero no sabíamos que estaba armado. Creo que disparó porque se sintió acorralado y sabía que iba a ser detenido. Tiró tres o cuatro veces. Nos disparó a matar».
Finalmente el subteniente Gómez se refirió a sus heridas “me desfiguró la nariz, que me la rearmaron como pudieron. El ojo se salvó, pero me quedaron esquirlas adentro, que están obturando un músculo de movimiento» y agregó: «Ahora me van a hacer estudios complejos para ver si se pueden quedar ahí o sin van a extirparlas para que no me afecten el ojo».