Crece el malestar en el cuerpo diplomático por la amenaza de Milei a los que no acaten la línea oficial

El Presidente advirtió por carta que quien no acate la política que él fijó en la ONU debe renunciar.


Por Jaime Rosemberg para La Nación 

Todavía en shock, y sin declaraciones públicas para no escalar el conflicto, buena parte del cuerpo diplomático no oculta su malestar luego de la carta enviada el viernes por Javier Milei. En su mensaje, el Presidentes les exige total alineamiento con las posiciones del Gobierno, en contra de la agenda 2030 y el Pacto del Futuro 2045, iniciativas de las Naciones Unidas apoyadas por la mayoría de los países del mundo, entre ellos Estados Unidos, China y la Unión Europea.

“Señor Presidente, un número importante de los que lo apoyamos, creemos en la necesidad de mitigar el cambio climático y estamos a favor de la despenalización del aborto…y lo hacemos en libertad y con respeto hacia los que piensan distinto… !No nos insulte!”, afirmó el ex embajador en China y Estados Unidos Diego Guelar, en su cuenta de la red social X. En diálogo posterior con LA NACION, Guelar agregó: “No hay delito en creer que el cambio climático existe, y hay muchas soluciones que se proponen. Tampoco la ONU promueve el aborto, sólo habla de los derechos reproductivos y la igualdad de género”.

Otro de los que se animó a poner por escrito el malestar fue el ex vicecanciller Alberto D´Alotto, quien en una columna para el diario Perfil afirmó que “el tono amenazante sobre los funcionarios diplomáticos y el desdén a su opinión profesional frente a las posiciones de fanáticos improvisados sin experiencia internacional que han llegado a la Cancillería, constituye una afrenta al pluralismo y al respeto a las opiniones ajenas que rige en cualquier democracia”. D´Alotto fue vicecanciller de Cristina Kirchner y hoy está jubilado.

“Quienes no se encuentren en condiciones de asumir los desafíos que depara el rumbo adoptado en defensa de las ideas de la libertad deberán dar un paso al costado”, dice Milei en uno de los párrafos salientes de la carta, en la que, además, define la agenda 2030 de la ONU como “un programa de gobierno supranacional de corte socialista que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los estados-nación, y violentan el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad de las personas”.

 

También se escucharon las voces del bloque de Parlamentarios del Mercosur de Unión por la Patria, que en un comunicado repudiaron “el apriete del presidente Javier Milei al cuerpo diplomático” y lo acusaron de promover “el pensamiento único”.

 

Fuera de micrófono, y con sentimientos que van de la “bronca” a la “indignación”, los diplomáticos, dentro y fuera del país, analizaron las motivaciones y consecuencias de la carta, que llegó no sólo a diplomáticos de carrera-que están en la mira del Gobierno desde hace rato- sino también a empleados locales de delegaciones argentinas alrededor del mundo.

“Además de las formas, es ridículo pretender negarse a algo que aceptan todos los países occidentales, es aislarte del mundo; lo contrario de lo que dicen buscar”, afirmó un diplomático con experiencia en distintos destinos. El miércoles pasado, en un nuevo aniversario de la reunificación alemana, el embajador de ese país, Dieter Lamlé, expresó que “a pesar de la retórica actual, estoy convencido de que Argentina también nos apoyará en la implementación del Pacto para el Futuro, recién adoptado por 183 Estados en las Naciones Unidas”.

 

Continuidad

De todos modos, y más allá de las críticas al “tono” utilizado por el Presidente, en el Palacio San Martín aseguran que la carta forma parte de una continuidad. La entronización del joven Nahuel Sotelo como secretario de Culto; la incorporación de la experta en familia Ursula Basset como asesora de la Cancillería; la confirmación de la próxima salida del embajador Ricardo Lagorio como embajador ante la ONU, y la formalización del diplomático Eduardo Bustamante (ex cónsul en Montevideo) como reemplazante del ya ex canciller Leopoldo Sahores, que renunció a su cargo esta semana, forman parte de un desembarco de dirigentes con una mirada conservadora que refuerzan el mensaje contrario a las Naciones Unidas, el mismo que Milei explicitó en su discurso ante ese organismo, el mes pasado.

Mientras cerca suyo ven a muchos diplomáticos de carrera como “comunistas”, el Presidente dio un paso más en su ofensiva. Este mes, una cautelar dejó en suspenso el decreto presidencial que establecía un descuento, en concepto de pago del Impuesto a las Ganancias, de cerca del 40 por ciento en el plus que cobran los diplomáticos en funciones en el Exterior. Una medida que provocó las primeras medidas de fuerza de diplomáticos en muchos años, antes de llegar a la Justicia.

 

“La carta es un mensaje disciplinador al cuerpo diplomático en su conjunto. Y también una forma de realzar y cimentar el rol de Sotelo como comisario político convalidado por la Rosada”, expresó otro referente local de la diplomacia bajo pedido de reserva. La canciller, Diana Mondino, queda una vez más en el centro de la polémica aunque sin poder de decisión. Los diplomáticos de carrera, elegidos por la canciller en el inicio de su mandato para crear una “diplomacia profesional”, meditan ahora sus próximos pasos, aunque nadie cree que haya renuncias masivas.

 

 

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