El Presidente teme a una segunda ola de contagios por el virus y resiste a presiones sectoriales para flexibilizar el aislamiento.
Por Jaime Rosemberg para La Nación
El Gobierno extenderá la cuarentena el próximo domingo por el temor concreto a una segunda ola de contagios, o como el Presidente mismo lo definió, a una «recaída» como la que vivieron países que creían tener controlado el coronavirus , causada por el relajamiento de cumplimiento ciudadano. Además, aparece en la Casa Rosada la necesidad política de no dejarse «apretar» por sectores económicos, a quienes el primer mandatario ve como privilegiando sus «intereses» por encima de la salud pública en momentos de pandemia.
Ambos factores explican, según fuentes cercanas al Presidente, el cambio de tono del Gobierno, que de pensar en una apertura «gradual y paulatina» de la cuarentena a partir del lunes pasó a los «cambios mínimos», a los que Alberto Fernández aludió en una entrevista de con el canal 13. Habrá, a partir de las próximas horas, un reforzamiento de los controles callejeros en la zona metropolitana, sin que esto signifique por el momento «aflojar» las disposiciones de reclusión obligatoria en el resto del país.
«Nosotros no podemos tener una recaída, todo el esfuerzo hecho es muy importante. Miren ustedes el mundo y miren Argentina. Obviamente que en la Argentina se contagia, obviamente que algunos fallecen, pero definitivamente está claro que nuestros números, la forma en que ha evolucionado, es infinitamente menor de lo que pasa muy cerca nuestro inclusive», destacó Fernández. La idea de «ponerse duro y no aflojar» para que los números de contagiados y fallecidos no se disparen fue repetida por el Presidente a sus colaboradores en las últimas horas.
En la reunión virtual de la tarde del martes con los gobernadores de todas las provincias se habló, según testigos, de esas recaídas, que afectan incluso a países con excelente infraestructura en el combate a la expansión del virus, como Alemania o Japón. En minoría quedaron posturas como la del gobernador de Chaco, Jorge Capitanich , quien pidió «considerar» los «aislamientos selectivos» de grupos de riesgo para facilitar el retorno de actividades comerciales e industriales. «Alberto le pidió que presente un plan concreto, pero todos coincidimos en que hay que seguir la cuarentena y en algunos lugares apretar más», afirmó uno de los asistentes al cónclave virtual.
Las advertencias del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta , acerca de la cantidad de enfermos asintomáticos que podrían llevar el virus sin saberlo y contagiar a otros, también alertaron al Gobierno y reforzaron la necesidad de continuar con el plan previsto, según contaron fuentes oficiales.
Otro factor, el relajamiento concreto de la cuarentena en sectores del conurbano , fue dejado en claro en informes del Comité en Emergencia que conforman Nación, provincia de Buenos Aires, ciudad de Buenos Aires y 25 intendentes del conurbano.»Hay mayor circulación, es cierto, aunque era entendible porque el lunes permitieron a 12 actividades volver a trabajar. Y esta semana tiene tres días laborables», evaluaron desde ese comité. Y confiaron en volver a lograr un mayor acatamiento «en los próximos días», incluidos los feriados por la Semana Santa que se avecinan.
Para ello, el propio Presidente le pidió a sus ministros Eduardo de Pedro (Interior) y Sabrina Frederic (Seguridad) que supervisen de manera personal los operativos de control en peajes que van hacia la Costa Atlántica y hacia el norte de la provincia de Buenos Aires, lugares por dónde podrían pasar quienes intenten «romper» la cuarentena en camino hacia algún centro turístico o countries de fin de semana. También se decidió multiplicar los «controles sorpresa» de las fuerzas policiales para controlar y penalizar a aquellos transeúntes que extienden sin justificativo válido sus salidas a negocios de cercanía.
Mientras nadie arriesga sobre el día final de la cuarentena -algunos la estiran hasta fines de mes- el Presidente tomó con pinzas las propuestas de la Unión Industrial y los empresarios de la Cámara de Comercio, que llegaron ayer al mediodía a la Casa Rosada con una extensa lista de actividades que, pretendían, se convirtieran en nuevas exenciones a la cuarentena.
Tras esa reunión con empresarios y gremios, que encabezó el jefe de gabinete Santiago Cafiero , el Presidente dejó en claro que no se iba a dejar «marcar la cancha» por los empresarios. Y volvió a hablar de las «apretadas» sectoriales, como las 1450 cesantías anunciadas la semana pasada por la empresa Techint , a las que relaciona con el interés empresario en levantar la cuarentena.
Alimentos
Junto con estas medidas, se mantiene la decisión de «llenar de alimentos» a los sectores vulnerables, aún a riesgo de «errores» como los sobreprecios en la anulada compra del Ministerio de Desarrollo Social. «Están viniendo changarines, vendedores ambulantes, a pedir comida, cosa que antes no hacían», relataron distintos intendentes del conurbano.
Nadie habla, por el momento, del eventual rédito electoral futuro que el Presidente saque de un posible éxito en la pelea contra la pandemia. «Fernández juega a que esto le salga bien, a todo o nada, por eso endurece las medidas. Si le sale bien, sale con una legitimidad impresionante», evaluó un dirigente opositor con responsabilidades de gestión que hoy se alinea con la decisión de apretar las clavijas en el cumplimiento de la reclusión obligatoria.