A raíz de la expansión del virus en Argentina y el mundo, Alberto Fernández decidió endurecer las medidas de prevención para evitar nuevos contagios.
Por Jaime Rosemberg para La Nación.
«Alberto escucha a todos. Y como no podés cortar nada sin tener un plan, analizamos y evaluamos. El momento es ahora», decían desde el gobierno tras la conferencia de prensa en la que le presidente, Alberto Fernández, anunciaba la suspensión de clases y el cierre de fronteras por el coronavirus.
El vocero -y otros miembros del gabinete muy cercanos al Presidente- rechazaban que se tratase de un cambio de fondo en la dinámica de la gestión. «Se evalúa todo día a día. Desde la semana pasada pensábamos en todas estas medidas», contestaban cerca del Presidente.
En defensa del mandatrio ponían énfasis en que los infectólogos, que el viernes desaconsejaban vaciar las escuelas, dijeron lo contrario en la tarde de ayer. «Esto va mutando. Y ellos mismos le dijeron siempre a Alberto que sus posturas eran provisorias», afirmaban. Los sanitaristas le habían confirmado el cambio de postura al ministro de Salud, Ginés González García, en la mañana de ayer.
Desde el gobierno destacaban también que el Presidente «tomó el centro de la escena». No solo porque salió a hablar en la mañana del domingo y volvió a hacerlo al anochecer, sino por las conversaciones permanentes que mantuvo con miembros de su gabinete y referentes de la oposición.
Fernández charló de madrugada con el el intendente de Vicente López, Jorge Macri, sobre el caso de Miguel Paz, el preparador físico tras violar la cuarentena golpeó a un custodio encargado de su edificio que le pidió que vuelva a su casa. También dialogó con el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, con quien hoy buscará consensuar medidas para restringir el transporte urbano y evitar aglomeraciones.
En la última reunión Fernández también manifestó su preocupación por las derivaciones económicas de la pandemia, algo que había discutido con el Ministro de Economía, Martín Guzmán, en la mañana del domingo.
«Tenemos que evitar que se caigan el consumo y el trabajo», afirmó un miembro del gabinete. Habrá medidas de alivio, agregó. En ese contexto, el propio presidente se mostró sorprendido ayer por el comentario del dueño de una cadena de supermercados, que le dijo que en los últimos días había «vendido igual» que en Navidad.