El régimen de Kim Jong-un advirtió que no piensan dar marcha atrás con su plan nuclear y afirmó que no negociarán.
Esta vez no fue un misil, pero sí voló una amenaza. En Corea del Norte siguen advirtiendo a Donald Trump tras las sanciones aprobadas el sábado por el Consejo de Seguridad de la ONU sobre el plan nuclear. Kim Jong-un se niega a negociar y sostiene que el «régimen está preparado para hacer pagar a Estados Unidos por sus crímenes contra nuestro pueblo y nuestro país«.
«No nos desviaremos ni un centímetro de nuestro camino hacia el rearme nuclear. Si los enemigos creen que se puede poner nerviosa a Corea del Norte con sanciones, no es más que un delirio», alertó el país comunista.
Pyongyang no abandonará sus proyectos nucleares «hasta que la política hostil y la amenaza nuclear de Estados Unidos hacia Corea del Norte esté básicamente eliminada», agregó el comunicado norcoreano.
Pese a las prohibiciones internacionales, Corea del Norte probó un misil intercontinental el pasado 28 de julio que según los expertos tendría un alcance de unos 10.000 kilómetros y podría alcanzar territorio estadounidense.