Paola Mascambruni tiene 38 años y pidió ayuda por Facebook. Fue atacada por el padre de su hijo menor. Ya lo detuvieron.
Cerró las puertas con llave. Me desnudó. Me agarró de los hombros y con mi espalda rompió una ventana. Me pegó patadas y piñas en todo el cuerpo, intentó ahorcarme. Lo más suave que me dijo fue ‘puta’. Yo le pedía que se calmara. Le decía: ‘Rodrigo, por favor, me vas a matar’. Y él me respondía que sí, que claro, que me iba a matar”.
La secuencia duró dos horas y terminó con Paola Mascambruni (38) saltando una reja y arrojándose a la calle como si fuera una pileta. La mujer, que está viva de milagro, es mamá de cuatro chicos. El más pequeño es hijo de su agresor, Rodrigo Eduardo Picolini (35), a quien le había dado “una oportunidad más”.
El jueves pasado la atacó a golpes: tiene una fractura de cráneo, un traumatismo nasal agudo por el que tuvieron que intervenirla, varios dientes flojos, el cuello violeta, derrame en un ojo y hematomas por todo el cuerpo.
La primera denuncia la hizo cuando comenzó a agredir al hijo de ambos, antes de que cumpliera dos años. “Un día le rompió su camiseta de River, porque él quería que fuera de Boca. Yo llamé para pedir explicaciones y esa situación derivó en más violencia. Vino a destrozarme la casa. Con el auto chocó la reja, después me amenazó de muerte con un arma”, relata Paola. Del Juzgado de Familia Nº 3 de Morón volvió con una orden de restricción perimetral. “Ellos actuaron rápido, la que hizo las cosas mal fui yo”, dice.
Rodrigo desapareció y Paola formó pareja con otro hombre, que se transformó en una figura paterna para Valentino. Pero en enero pasado se separaron y, al mes, Paola decidió volver a contactar a Rodrigo, a quien le levantaron su restricción. “Sentía mucha culpa, porque mi hijo no recordaba a su papá. Tenía la ilusión de que podía recuperarlo”, señala.
El hombre fue detenido por “lesiones graves agravadas por haber mantenido una relación de pareja”, según confirmó la fiscal Marcela D’ascencao, de la UFI 11 de Violencia Familiar y de Género. Tras el brutal ataque, la víctima fue atendida en el Hospital San Juan de Dios, de Ramos Mejía.