El empresario Fernando Farré quien está siendo juzgado por el femicidio de su esposa Claudia Schaefer en 2015, habló por primera vez en el juicio y reveló una carta que escribió el año pasado en la que le pidió perdón a sus hijos.
Farré asesinó de 74 puñaladas a su esposa en una armario de su casa del country Martindale y enfrenta una posible condena de cadena perpetua. Hoy, en el día de los alegatos finales, pidió la palabra y habló por primera vez desde que cometió el femicidio.
Allí leyó una carta que escribió a sus hijos desde la cárcel y que está fechada al 4 de mayo de 2016. “No puedo explicar, ni justificar lo que pasó, no sé cómo llegué a esa situación”, soslayó en la misiva.
LA CARTA COMPLETA DE FARRÉ
San Martín, mayo de 2016
Queridos Niki, Feli, Marquis, hace más de ocho meses, el 21 de agosto de 2015 cambió nuestra vida. Clau ya no está entre nosotros, desde entonces que no nos vemos, desde entonces pienso cada día en ustedes.
Sé que Dios los está protegiendo, que están con gente que los quiere y los apoya. Yo estoy acá, detenido en la Unidad Penitenciaria 46 de San Martín, no muy lejos de la Panamericana y del Camino del Buen Ayre. No muy lejos del colegio y de donde ahora viven, aunque hasta ahora no hayamos podido vernos. Cuando quieran y puedan, pueden venir a visitarme o llamarme por teléfono.
Espero estén bien en el colegio, creciendo y aprovechando para ganar conocimientos y formarse junto a sus compañeros. Que estén disfrutando a los primos, los abuelos, las salidas con los amigos.
No puedo explicarles bien cómo me siento. Fue muy fuerte lo que vivimos y son muy fuertes las consecuencias de lo que pasó. Para ser honesto las palabras que mejor resumen lo que siento son: perdón y los quiero. Como siempre y más. Quizás esta sea la única razón por la que vivo y pude seguir adelante, porque sigo siendo su padre, estoy acá.
Obviamente no puedo explicar, ni justificar lo que pasó, cómo llegué a esa situación. Sé que las cosas no estarán bien, pero el desenlace fue totalmente impredecible, me dejó perplejo y me duele. Me duele saber lo que pasaron y lo que están pasando, ya nada será como antes.
Sigo recordando los buenos momentos juntos, los viajes, las vacaciones, las charlas en el auto, andando en bicicleta, los paseos con Pipa (la perra). Dicen que el tiempo va a ayudar a adaptarse a la nueva situación.
Daría mi vida, la cambiaría en un segundo por irme yo y que ustedes estén con su madre creciendo como debería ser. Pero acá estoy y tengo que seguir por ustedes. Me duele seguir viviendo, pero si yo no estoy quizás sería un dolor para ustedes y no se lo merecen.
Quisiera saber cómo están, cuántos centímetros crecieron, si están estudiando, que juego nuevo tienen en la tablet, un millón de cosas. Quisiera pasar tiempo con ustedes y tomarlos de la mano como antes. Nada más lindo que tenerlos de la mano con esas manitos que aún son más chicas que las mías.
Ustedes tienen un futuro, una vida por vivir, disfrútenla cada momento, sigan sus sueños y lo que el corazón les diga. Los quiero.
Pá
(Fuente: Será Justicia).