Dujovne viaja a Washington para volver a negociar con el FMI

El ministro de Hacienda hará una oferta para que el organismo libere USD 29.000 millones antes de lo previsto.

El plan del Gobierno es a todo o nada por el déficit cero y así lograr el equilibrio fiscal en 2019. Se trata de la última carta que tenía para ofrecer el oficialismo con un solo objetivo: convencer al FMI de que libere USD 29.000 millones en 2019 y permita hacer frente al pago de la deuda.

Al Fondo se le solicita que adelante los desembolsos previstos para 2020 y 2021 (en total unos USD 16.000 millones) al año próximo. Esto sería una señal clave para dar certeza sobre la capacidad de pago de la Argentina.

Por otra parte, bajar el riesgo país se transformó por el momento en un objetivo secundario. Es decir que la prioridad está puesta ahora casi exclusivamente en convencer al staff del organismo de que esta vez sí será posible cumplir con el objetivo de déficit cero. Los antecedentes no juegan a favor: la última vez que se prometió el equilibrio total de las cuentas públicas para recibir plata del Fondo terminó en default.

El viaje que realizará esta noche el funcionario a Washington procura acelerar los tiempos para que el organismo levante el pulgar a la solicitud. Lo que está claro es que se va a un nuevo programa con el Fondo, con nuevas metas fiscales y un nuevo ritmo de desembolsos.

Los $280.000 millones que se recaudarán por las retenciones adicionales a las exportaciones serán el corazón del ajuste fiscal. En el resto de las áreas no habrá grandes novedades: recorte mayor de la obra pública, baja de los subsidios a las tarifas públicas y recorte de gastos estatales menores.

Al acelerar la búsqueda de desembolsos del Fondo se envía a su vez un mensaje a los inversores: ya no será necesario buscar el crédito externo para cerrar las cuentas públicas. La Argentina podría seguir durante muchísimos meses con un riesgo país muy alto y aun así evitar el default. No muy distinto a lo que le pasaba al gobierno de Cristina Kirchner, que recurría a las reservas para pagar deuda, por lo que el altísimo costo de financiamiento era un dato secundario.

El Gobierno también precisa un mayor margen de maniobra para intervenir en el mercado cambiario. Lo negociará el presidente del BCRA con el staff del organismo. Aunque el viaje a Washington tiene otra arista, que es la discusión sobre el destino que se les dará a los dólares que desembolse el FMI.

Según la visión que intentará transmitir el titular del BCRA, Luis Caputo, dejar que el dólar continúe en alza por falta de oferta de divisas en el mercado puede resultar extremadamente peligroso. Será un tema que se terminará de debatir esta semana, entre un Fondo que no quiere seguir financiando la corrida cambiaria y un Banco Central que precisa más recursos para estabilizar la moneda estadounidense.

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