Cuál es la cláusula de “fuerza mayor” que busca dejar de pagar la deuda por 60 días

La propuesta del ministro de Economía generaría un default inmediato, aunque va derecho al rechazo.

La economía argentina entrará en un desplome en las próximas semanas: informes confidenciales del Gobierno proyectan una caída del 12% en el segundo trimestre. Un documento del Banco Provincia dice que la retracción será fuerte en el Conurbano. El mejor escenario –prevé una cuarentena de sólo 30 días- proyecta una baja adicional en la actividad del 3,3%. La caída anual del PBI sería del 4,5 y la pérdida, de 12.000 millones de dólares.

El paper de “uso reservado” está en manos de Axel Kicillof​. Su segunda hipótesis habla de un freno de 60 días y concluye: la caída sería de 5 puntos del PBI , y la pérdida, de 20.000 millones de dólares.

La economía viene a los tumbos a causa de la gestión de Mauricio Macri y Argentina podría en semanas entrar en default por decisión del Ministro de Economía. Martín Guzmán​ insiste en hacer una propuesta agresiva que va rumbo al rechazo. Los bonos argentinos cayeron 17 veces más que los de otros países emergentes.

Clarín confirmó que los documentos confidenciales proponen una quita de capital e interés del 50%. La cuestión provocó que el propio Presidente consultara a economistas profesionales. Le sugirieron que explore otra propuesta: postergar la renegociación de la deuda por 60 jornadas hasta que concluya el tsunami de Covid-19. Este grupo de ex ministros y titulares del BCRA, sugiere utilizar la cláusula que tienen los contratos de bonos sobre “fuerza mayor”. Así se denomina: “Forcé Majeure”.

Fernández prometió analizarla. Recesión y default sería una mezcla letal. En Buenos Aires, la preocupación son los focos de extrema pobreza. Para los expertos –en esos lugares– es difícil combatir la pandemia con cuarentena. Pero la gran inquietud es otra: ¿cómo contener su reacción social si la comida no fluye en los hogares más humildes? La cuestión provocó tensiones con los intendentes. Muchos –del propio oficialismo– decidieron desoír al gobernador y tomar medidas extremas por su cuenta.

Axel Kicillof paga con este desaire sus errores políticos de arranque: marginar de su gobierno a los caciques del Conurbano. Alberto Fernández intenta suplir esos cortocircuitos: abrió diálogo directo con intendentes. El Presidente decidió darle toda la prioridad al plan sanitario y, para eso, frenó la economía.

Esa estrategia le permitió subir fuerte en las encuestas y mostrar liderazgo político. Cristina brilla por su ausencia. Fernández se apoya en el consejo sanitario de expertos, que conduce Ginés González García. Pero enfrentará desafíos, con resultado incierto. Hay influyentes voces que insisten en que el freno productivo será mayúsculo y que la estrategia al final causará más daño que beneficios a la sociedad.

En la UIA y la Asociación de Bancos se escucha ese diagnóstico. Por prudencia no hablan en público. Pero el establishment sostiene que es necesario un paquete global y concreto para evitar un shock económico extremadamente negativo.

En reuniones secretas, los hombres de negocios son muy críticos con la lentitud de enfrentar la crisis económica. Creen que hay falta de claridad y que las autoridades económicas van atrás de los problemas reales: dicen que son la contratara del comité sanitario y que eso se refleja en la ausencia de un plan de acción global.

Así lo dijo José Urtubey: “Estas medidas no van a alcanzar”. Y agregó: “Macron en Francia, anunció todo el paquete en un día y acá tardamos tres semanas con muchas improvisaciones”. Fue en el último encuentro virtual de la UIA. Miguel Acevedo envió una “paper” a la Casa Rosada con sugerencias drásticas para asegurar el financiamiento. Los líderes productivos piden una cosa: un comité de crisis económico que coordine los paliativos.

También tienen críticas para la parsimonia de Miguel Pesce: acusan al BCRA de moverse con inadecuado ritmo político y con la lógica de épocas normales. Y hay dardos hacia Mercedes Marcó del Pont: en unos días comienza la cancelación de impuestos y la AFIP brilla por su ausencia. Los banqueros contraponen esta parsimonia, con la celeridad que tuvo Gustavo Béliz para concretar ayuda exterior. El equipo de la subsecretaria Estratégica cerró en tiempo récord un millonario crédito directo del Banco Mundial.

Matías Kulfas estaría de acuerdo con acelerar las decisiones para evitar un colapso económico. Pero también en el Gobierno existe malhumor con la actitud de muchos empresarios. En Olivos cayó pésimo el oportunismo de algunos líderes fabriles que promocionaron –sin nada concreto– la realización de un aporte solidario. Las críticas se centraron en Rubén Cherñajovsky. Le adjudican la ampulosa difusión de la iniciativa. Ahora todos bajaron el tono y el dinero se canalizará en silencio a la Cruz Roja.

Felipe Solá quedó también perplejo. La Cancillería –antes de frenar las repatriaciones- buscó aviones de todo tipo para traer a los argentinos.

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