Coronavirus en la Argentina: Mauricio Macri toma distancia de los duros y se acerca a Horacio Rodríguez Larreta

Lo hace para ordenar la interna. Transmitió que las posiciones de Pichetto y Patricia Bullrich son un extremo.


Por Martín Bravo para Clarín

Con el objetivo de apaciguar las internas en el PRO y en Juntos por el Cambio, Mauricio Macri tomó distancia de las posiciones más duras del espacio y buscó acercarse a Horacio Rodríguez Larreta y otros dirigentes con responsabilidades de gestión. De ese modo intentó, también, ponerse por encima de los tironeos para aparecer como contenedor y en un rol de liderazgo que quedó en discusión desde que dejó la Casa Rosada, una disputa en estado latente y que emerge de modo recurrente.

Macri se paró de esa manera en la charla por videoconferencia con integrantes de la mesa del PRO de la que esta vez participaron intendentes -Néstor Grindetti, Julio Garro y Jorge Macri-, una señal de respaldo a las necesidades de gestión en medio del avance del coronavirus y la profundización de la crisis económica por el aislamiento obligatorio. También con llamados a los referentes del espacio.

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“Gestioné muchos años y entiendo las limitaciones que tenés cuando estás frente una crisis”, fue la fórmula que usó para mostrar empatía con los dirigentes con funciones ejecutivas, en especial con Rodríguez Larreta, blanco de críticas internas por el alineamiento con Alberto Fernández, excesivo según la consideración de los más duros con el oficialismo.

“Mauricio lo dijo en especial por sus ocho años en la Ciudad, sabe lo que es tener enfrente un Gobierno de otro color político en momentos complicados y lo entiende a Horacio. Porque además ahí, con el conurbano, es donde el virus está pegando más fuerte”, transmitió un ex funcionario con trato frecuente con el ex presidente.

En silencio en las últimas semanas, salvo contadas expresiones por redes sociales, Macri había quedado del lado más crítico del Gobierno en línea con Patricia Bullrich -titular del PRO- y Miguel Pichetto, su ex compañero de fórmula. En el movimiento de ubicarse como “moderador” entre ambos sectores marcó distancia del discurso confrontativo y transmitió que la ex ministra de Seguridad y el ex senador no representan sus posiciones, aunque en muchos casos coincida, sino “uno de los extremos” y que ambos “tienen autonomía”. Lo mismo con su rechazo inicial al aislamiento obligatorio, ahora relativizado desde su círculo cercano: “Lo que expresó fue la preocupación por la cuestion económica y social: cómo se sale, cómo se reactiva. Pero no tenemos información para opinar y las decisiones las toman ellos”.

Era lo que venía reclamando el jefe de Gobierno porteño y lo repitió en la videoconferencia del PRO. “Tenemos que entender que también estamos gobernando y hay que pensar y ponernos de acuerdo antes de lanzar una medida”, dijo en alusión a los cacerolazos en algunos barrios y los posicionamientos más duros. “A Mauricio lo vemos con racionalidad, tratando de componer en todos los ámbitos. Algunos se estaban descontrolando”, apuntaron en la Ciudad.

“No es todo blanco o negro. Los que apoyamos la rebaja de sueldos a funcionarios parecía que estábamos fusilando al Gobierno y es entendible que lo digan ellos (por el Frente de Todos) pero no los nuestros”, fue la réplica del sector más crítico, aunque también buscaron bajarle el tono a la disputa: “Los que gestionan están más condicionados porque nadie sabe muy bien qué es lo que puede pasar con el virus”. Desde su quinta Los Abrojos, Macri desligó a Bullrich de la acusación de fogonear los cacerolazos, pidió “respetar” los diferentes roles y coordinación con las autoridades parlamentarias.

Quedó pendiente una videoconferencia de la mesa de Juntos por el Cambio, luego del comunicado de Elisa Carrió que visibilizó las pujas al respaldar a Rodríguez Larreta y acusar de “oportunistas” a los que se subieron a los cacerolazos. Los radicales intentaron esta semana mantenerse al margen y encendieron su propia luz de alerta por lo que leyeron como un nuevo embate de Alberto Fernández a los gobernadores de la UCR, cuando en la entrevista con Horacio Verbitsky acusó a Gerardo Morales, Rodolfo Suárez y Gustavo Valdés de “cerrar las fronteras” de Jujuy, Mendoza y Corrientes. La carta con el pedido de audiencia virtual al Presidente buscaba bajar las tensiones internas y con la Casa Rosada, aunque no hubo respuesta.

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