Carta abierta de Patricia Bullrich al Presidente: «Que el odio no sea un nuevo enemigo imaginario»

La titular de Pro reconoce que «vivió» la violencia política en el pasado y le advierte al Presidente sobre los «peligros» de los «ataques» a la oposición.


Por Jaime Rosemberg para La Nación.

Sindicada desde la Casa Rosada como una de las «odiadoras seriales» que el presidente Alberto Fernández prometió «terminar» en su discurso del 9 de julio , la presidenta de Pro, Patricia Bullrich, volvió a subir la apuesta. A través de una carta abierta al Presidente, titulada «que el odio no sea un nuevo enemigo imaginario», la exministra de Seguridad de Mauricio Macri retruca las acusaciones del oficialismo, le pide que «piense dos veces» antes de acusar de violentos a los opositores y se hace un lugar para renegar de la violencia que, reconoce, «vivió» en el pasado, pero que rechaza como «herramienta para hacer política, y menos en democracia».

«Gobernar con la Constitución Nacional, para el Estado de Derecho, y creer en el pluralismo y la tolerancia cimentados en hechos, no es patrimonio de odiadores sino de Republicanos», comienza la carta dirigida a Fernández.

«De mi parte no existe ni existió nunca el odio hacia usted ni hacia su espacio político. Sepa que el hecho de que nuestra Nación se cimente sobre pilares diferentes, elegir otro camino y otro modo para llegar al objetivo de tener una Patria libre, grande y de trabajo, no me convierte a mí ni a quienes represento en una odiadora serial», comenzó la titular de Pro.

«Cuando se es presidente hay que tener extremo cuidado con las palabras que se eligen para hacer referencia a los opositores porque es muy corta la distancia entre el verbo y la acción. Le recuerdo que fue usted, en estos meses de gobierno, quien ha tratado de «imbéciles» a algunos ciudadanos, de «miserables» a los empresarios, de «locos» a quienes gobernamos antes que usted, y hasta convalidó a través de sus redes sociales que a un periodista se lo etiquete con el rótulo de «gordito lechoso» y a otro le propinó un golpe digital», continuó la exministra.

«Por eso, señor Presidente, le pido que antes de sugerir, señalar o apuntar a alguien como propagador del odio, lo piense dos veces. Es peligroso promover u otorgar esa licencia desde la cúspide del poder en momentos en que el país necesita más convergencia que nunca. El odio también es contagioso. No confunda unidad con unanimidad ni su misión con sumisión», sostuvo Bullrich, sin referencias a los vínculos del Presidente con dirigentes de Pro, como el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, o intendentes macristas del conurbano.

«El discurso del odio nos hunde más en la grieta de la que usted propuso sacar al país. Aún está a tiempo de retractarse. Admitir su error lejos estaría de interpretarse como una debilidad; si vale mi opinión, sería un gesto de grandeza hacia toda la sociedad», afirmó.

En otro párrafo del extenso texto, Bullrich defendió las manifestaciones de las últimas semanas contra medidas del Gobierno. «Los argentinos no nos merecemos ningún intento de construcción política basado en la ignorancia deliberada del otro. Esa es la ideología del destierro, propia de quienes se creen dueños exclusivos de la Patria. Esto significa la negación más explícita y concreta de una realidad que se expresa en las calles, en las plazas, en las conversaciones y también en las redes», afirmó.

En tren de comparaciones, Bullrich recuerda la violencia desatada en diciembre de 2017 frente al Congreso durante el debate de la ley previsional. «Cuando fuimos Gobierno padecimos a diario la violencia y la obstrucción, y jamás perdimos la serenidad ni clausuramos las puertas al diálogo (..) Llovieron toneladas de piedras sobre las fuerzas de seguridad, recuerde. Piedras y morteros caseros que impactaban sobre las ventanas de la democracia de nuestro país, agitadas y lanzadas en gran medida por el espacio político que usted representa. Frente a semejante atropello institucional a la democracia nuestra respuesta no fue catalogarlos como «odiadores seriales», aunque tuvieron una actitud extremadamente irresponsable; más aún, teniendo en cuenta que por aquella ley que protestaron, diciendo que era restrictiva para nuestros adultos mayores, hoy perciben un ingreso ostensiblemente menor que el que ella fijaba».

Bullrich hizo hincapié en las declaraciones de Luis D´Elía , quien pidió «colgar» al ex presidente Mauricio Macri en Plaza de Mayo. «Llama la atención, señor Presidente, que no lo aturda su propio silencio y el de sus principales funcionarios», dijo en relación a esas declaraciones. También rechazó la acusación de «canallas» cuando -dijo- se ve «en el asesinato de un exfuncionario el recuerdo de una argentina robada», en relación a la muerte del ex secretario de Cristina Kirchner, Fabián Gutiérrez . «El espacio que usted representa ha construido enemigos imaginarios a lo largo de sus tres gobiernos anteriores; creo que en este cuarto período usted tiene la posibilidad histórica de no cometer los mismos errores», agregó.

Y en relación a la violencia política -comenzó su actividad política en la Juventud Peronista, durante los años setenta- Bullrich fue directa. «He pensado mucho sobre la violencia y he sido de las pocas políticas que -viviéndola en el pasado- reniega públicamente de su uso, ayer, hoy y siempre. Sé que la violencia no es una herramienta de la política, menos aún de la democracia», dice la ex ministra, y hacia el final le vuelve a pedir una reunión al Presidente.

«Le reitero que, a pesar de nuestras diferencias, cuenta conmigo para reconstruir un país que ya lleva sufriendo demasiado, pero comprenda que no lo haré sola; intentaré llevar no una voz individual sino la representación de una fuerza social que existe, que sueña y que peticiona», culminó.

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