Aborto: el Gobierno no respondió a las críticas de la Iglesia y crecen las diferencias

El Presidente ordenó no responderle a la Iglesia, quien criticó la «obsesión» oficial por la legalización del aborto.


Por Jaime Rosemberg para La Nación.

Las duras críticas de la Iglesia, días antes la inminente votación por la despenalización y legalización del aborto en el Senado, no sorprendieron demasiado al gobierno de Alberto Fernández.

«No fue más crítico de lo que esperábamos. Era lógico», afirmó a LA NACION un importante funcionario con despacho en Casa Rosada, antes de cumplir con lo pactado con sus pares y llamarse a silencio.

«¿Se habrán enojado más porque el proyecto sale?», se preguntó con ironía el funcionario, que es parte de la iniciativa legislativa impulsada para «cumplir con una promesa de campaña» que el Presidente volvió a asumir con el envío al Congreso de la iniciativa. El proyecto ya fue aprobado de manera holgada por la Cámara de Diputados y tiene cita prevista en el Senado para el próximo martes 29.

La decisión de no contestar directamente al inusualmente duro documento del Episcopado se relaciona con la necesidad de «no ahondar» en la controversia con un sector con el que-parafraseando a un ministro del área social del Gobierno-hay «mucho trabajo en común y muchas coincidencias» en la necesidad del combate a «la pobreza y la exclusión» en la Argentina.

Más allá de los canales discretos que se mantienen abiertos, ni desde la secretaría de Culto que encabeza Guillermo Oliveri ni desde la Casa Rosada salieron ni saldrán a responderle a la Iglesia, que en el documento apuntó a una «febril obsesión por instaurar el aborto en Argentina, como si tuviera algo que ver con los padecimientos, los temores y las preocupaciones de la mayor parte de los argentinos». El texto, responsabilidad del Episcopado que encabeza monseñor Oscar Ojea, pidió además «defender los derechos humanos de los débiles de tal manera que no se los neguemos aunque no hayan nacido», agregaron.

Con el Presidente y buena parte de sus dirigentes de confianza en Tierra del Fuego y con actividad oficial, los pocos funcionarios oscilaban entre el silencio y la defensa de las razones que impulsaron al Presidente a enviar el proyecto y sostener su aprobación. Se remitieron a recientes declaraciones del Presidente, quien la semana pasada afirmó que «el proyecto va a salir» y que «lo único que hice fue tratar de interpretar lo que era una demanda hace muchos años, además de cumplir con mis convicciones», según dijo a AM750. En esa misma entrevista también expresó su «tranquilidad» con la presentación del proyecto, porque «es necesario resolver la situación de la mujer que decide abortar».

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