Aseguraron que lavó dinero por 10 millones de dólares y está acusado de ser «financista» de la Triple Frontera del Hezbollah
Un informe secreto de la Unidad de Información Financiera (UIF) reveló que el libanés Assad Barakat, acusado de ser autor material del atentado terrorista contra la AMIA, entró 332 veces a la Argentina desde 2012 hasta la fecha aún con un pedido de detención desde el 2006 pesando sobre él. Además, se indicó que lavó 10 millones de dólares en un casino de Puerto Iguazú y viajó una vez por año al Líbano e Irán.
El juez federal de la localidad misionera de Eldorado, Miguel Guerrero, entregó estos datos al Gobierno en un reporte en el que se loacusa de ser el «financista» en la zona de la Triple Frontera del Hezbollah, al tiempo que su yerno, es considerado el jefe del ala militar en esa zona.
A partir de esta investigación, la UIF congeló todos los bienes del clan Barakar por 6 meses aunque el magistrado Guerrero deberá definir la situación final del imputado, al que investiga bajo secreto de sumario.
Barakat había sido denunciado por el ex fiscal de la AMIA, Alberto Nisman. Según indicó el informe, el plan del libanés en Argentina es el de «recaudar fondos» para aportar a presuntas asociaciones de beneficencia vinculadas al Hezbollah, una estructura político-militar del Líbano acusada de ser la autora material del atentado contra la AMIA de 1994 e incluida en la lista de organizaciones terroristas de EE.UU e Israel, entre otros países.
La UIF, entre otras denuncias, asegura que Barakar es un «financista del terrorismo» a pesar de la falta de legislación argentina para considerarlo como tal. La Justicia considera que el atentado fue financiado desde la zona de la Triple Frontera, lugar desde el que llegó el conductor que se inmoló en la Trafic usada como cochebomba y el detonador utilizado para los 300 kilos de amonal que volaron la AMIA, entre otros apoyos logísticos para el atentado.
La denuncia de la UIF fue ayer apoyada por el Fincen, el organismo antilavado de EE.UU.
Los datos
Según publicó Clarín, la UIF comenzó a investigar al clan Barakat cuando recibió el dato de que en el Casino de Puerto Iguazú, entre 2015 y abril del 2018, el libanés cobró a cambio de fichas de juego unos $ 11.700.000 en dinero en efectivo que no declaró al momento de ingresar en Ciudad del Este, donde la Aduana obliga a blanquear cuando el viajero lleva más de 10 mil dólares.
Se sospecha que se trató de lavado de dinero ya que las fuentes gubernamentales consultadas desconocieron de donde obtuvo ese monto o si apostó tanto como para llevarse todos esos premios. La UIF y el titular de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (PROCELAC), Gabriel Pérez Barberá, apuntan a que efectivamente fue una maniobra de malversación de fondos para llevar dinero al exterior.
Otra información de parte de la dirección de Migraciones apuntó a que Barakat tuvo 20 cruces migratorios entre enero de 2015 y octubre de 2017, lo que representaría una visita cada tres días a la Argentina. Sin embargo, son más las entradas que las salidas al país (332 ingresos y 288 salidas) lo que presume que hubo varias salidas que se realizaron por la vía ilegal.
El mismo modus operandi aplicó Hussein Alí, hermano de Barakat, quien totalizó unos 257 cruces migratorios entre Brasil y Argentina desde el 1 de enero de 2015 y hasta octubre de 2017. Cobró premios en el mismo Casino por $ 7.657.709 y tampoco los blanqueó en la Aduana.
De acuerdo a la información con la que cuenta el Gobierno, también se conoce que los miembros del clan Barakat, integrado por 14 personas, jugaron grandes cifras de dinero en el hotel casino Conrad, ubicado en Punta del Este, Uruguay.
Millones
En total, el grupo cobró entre 2012 a 2018 $ 102.812.668. Al tipo de cambio de ese momento, esta cifra representa 10 millones de dólares de los que no se declaró ni una mínima cifra. «Todos cruzaron la frontera con diferencia de minutos, en vehículos compartidos y a veces los mismos, todos ganaban premios en el Casino”, reza el informe al que accedió Clarín.
Conexiones y bienes
En Estados Unidos inscribieron en 2004 a Assad Ahmad Barakat, la cabeza del clan, como «terrorista global especialmente designado» y fue relacionado con el directos financiero del Hezbollah llamado Alí Kazan. Su enlace principal era fue nada más y nada menos que con el entonces Secretario General de Hezbollah: sheik Hasan Nasralla.
Entre sus bienes, Barakat posee las empresas Casa Apollo y Barakat Import Export LTDA (ubicada en Ciudad del Este), compañías que de acuerdo a lo investigado por la UIF funcionaban como «fachada para realizar actividades recaudación para Hezbollah«.
Según consigna Clarín, entre los propietarios de esas empresas aparecen hermanos de Barakat: Muhamad Yusif, Hazmi Ahmad, Hafmi Ahmad, Haltem Ahmad, quienes también fueron calificados como “terroristas globales” por los EE.UU. Además, un miembro de su círculo familiar estuvo denunciado de vínculos “con el narcotráfico: traficaban la droga que iba a Siria a través de Buenos Aires”.
A su vez, el secretario personal de Barakat llamado Mohamed Fagad operó como “enviado militar de Hezbollah en la Triple Frontera”. Fagad había quedado detenido por Estados Unidos en 1991 y después en 2001 por evasión fiscal en Paraguay.
El clan Barakat
Compuesto por 14 personas, los Barakat están involucrados en delitos de falsificación de documentos, dinero y marcas, contrabando de ropa, extorsión, tráfico de drogas y armas y financiación del terrorismo. Once de ellos residen en Brasil y otros tres en Paraguay.
Antecedentes de Barakat
Barakat ya había sido investigado en Argentina en 2006 por orden del juez federal Juan José Galeano, quien fue el primer magistrado en tener en sus manos la causa AMIA. Barakat fue detenido en Brasil, luego de haber huido del Paraguay a Iquique, Chile, y tuvo un pedido de extradición paraguayo pero no por causas vinculadas al terrorismo, sino por violación a los derechos de autor de juegos para «Play Station», de la empresa Sony.
La Policía paraguaya incautó discos compactos que contenían discursos del secretario general del Hezbollah, Hassan Nasrallah, enfatizando la labor de los que «se inmolaron por defender la Patria», durante los 90 en el sur del Líbano.
Luego la denuncia de Galeano, destituido en el 2004, fue seguida por el fiscal Nisman en sus acusaciones contra Irán como supuesto autor intelectual del atentado contra la AMIA. Pero, hasta ahora, las acusaciones no terminaron en un pedido formal de extradición a Paraguay, donde reside.