Tía Maruca cierra su fábrica y dejó a 27 trabajadores en la calle

Los empleados denunciaron el vaciamiento de la planta mientras se llevaban a cabo negociaciones por compensaciones.


La filial de Tía Maruca en Chascomús cerró sus puertas de manera definitiva y con efecto inmediato, dejando a 27 empleados, incluida la jefa de planta, en una situación de incertidumbre. La comunicación de la medida fue realizada por el jefe de Recursos Humanos de la empresa, quien informó que los trabajadores no serían formalmente despedidos, sino que ingresarán en una etapa de negociación de compensaciones económicas. Sin embargo, se les indicó que debían considerarse desafectados de sus tareas desde ese mismo momento.

Mientras los empleados se dirigían a una audiencia en la sede local del Ministerio Provincial de Trabajo, se constató que la planta ubicada en Washington y Remedios de Escalada estaba siendo vaciada. Al menos dos camiones retiraron materia prima e insumos, lo que generó preocupación y llevó a los trabajadores a exigir garantías para que las negociaciones no se vean afectadas por la pérdida de bienes de la fábrica.

Fundada en 1998 por Alejandro Ripani, la empresa atravesó problemas financieros que derivaron en un concurso de acreedores homologado este año. En junio de 2024, el grupo ArgensunFoods, liderado por Pablo Tamburo, adquirió el 50% del capital accionario y el control estratégico de la firma.

En julio de 2024, durante el evento “Argentina Visión 2040”, Tamburo señaló que las agroindustrias argentinas enfrentan una crisis por la baja del consumo, márgenes reducidos y altos costos operativos. A pesar de esto, aseguró que la empresa mantenía una visión optimista.

A fines de agosto, la planta de San Juan, la más grande de Tía Maruca, detuvo su producción durante una semana, afectando a unos 300 empleados, quienes fueron obligados a tomarse vacaciones. Este cierre había generado preocupación entre los trabajadores, y ahora la paralización de la planta de Chascomús agrava la situación laboral en la provincia de Buenos Aires, donde la marca también posee una instalación en Luján.

El abrupto cierre de la planta de Chascomús evidencia los desafíos que enfrentan las empresas del sector alimenticio en Argentina y deja en evidencia la vulnerabilidad laboral de los empleados ante decisiones empresariales repentinas. Los trabajadores esperan que el Ministerio de Trabajo intervenga para garantizar que las negociaciones se realicen sin condicionamientos y con transparencia.

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