Un estudio señaló que los impuestos representan el 34% del PBI, diez puntos por encima de la región y al mismo nivel de países desarrollados.
El Departamento de Política Tributaria de la Unión Industrial Argentina (UIA) presentó un informe este lunes en el que demuestra la preponderancia que la presión impositiva tiene para las empresas, por encima de los problemas asociados a los costos en logística y al tipo de cambio.
De acuerdo al documento la presión total en la Argentina, incluyendo las tasas de los municipios, llegó a fines de 2015 al 34% del PBI, un nivel similar al de los países más ricos del mundo, sin que las contraprestaciones del Estado en servicios e infraestructura sean comparables.
En los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es del 34,4 por ciento. Por otro lado, la presión consolidada en promedio en América Latina llegó el año pasado al 24,4% del PBI, según los datos que maneja la entidad fabril, diez puntos por debajo que en la Argentina.
El estudio de la UIA explicó que la presión impositiva afecta al consumo y apuntala la inflación: un 40% del precio final de los alimentos son impuestos, en los combustibles la mitad del precio minorista son impuestos, al igual que en las bebidas cuyo valor al público se explica en un 50% por la carga impositiva.
La entidad fabril hace foco en la necesidad de una reactivación en el sector productor de bienes que, según los últimos datos del INDEC, se contrajo 8% en octubre en comparación al mismo mes del año pasado, la baja más profunda del año. Para la fundación FIEL, la industria se contrajo 5,2% en los primeros 10 meses de 2016.
Según datos de la propia UIA, actualizados a septiembre, la producción industrial restó 7,6% respecto del mismo mes del 2015, con lo cual acumuló un retroceso de 5,1% en los primeros nueve meses de 2016.
El rubro emblema de la industria argentina es el automotriz, el más castigado este año. La actividad de las terminales establecidas en el país se redujo en octubre un 19,1% interanual y acumuló un retroceso de 14,3% desde enero. El automotriz es el ejemplo más claro de la presión impositiva: de cada $100.000 gastados en un auto en la Argentina, unos $54.000 son impuestos, que hacen de los vehículos argentinos de los más caros de la región.
Fuente: Infobae