Quemaron vivo al único acusado del crimen de Araceli Fulles

Darío Badaracco fue quemado vivo y falleció en el hospital. El femicida fue atacado por dos compañeros de celda.


El único detenido y acusado por el crimen de Araceli Fulles murió en el penal de Sierra Chica por quemaduras en todo su cuerpo.

Darío Gastón Badaracco de 31 años, fuera quemado con agua hirviendo por dos compañeros. “Badaracco tenía el 60% del cuerpo quemado”, informó Clarin de acuerdo a lo comunicado por las fuentes consultadas y confirmaron que el fallecimiento ocurrió el sábado último a las 21.30 en el hospital de Olavarría, seis días después del extraño ataque.

Según las fuentes, Badaracco fue agredido por dos compañeros de la celda 766 del pabellón 10 de Sierra Chica. Se trata de Rodrigo Emanuel Campos Verón y Silvio Andrés Galeano Martínez: “Lo golpearon, lo patearon y le tiraron agua hirviendo sobre el rostro, tórax, abdomen, región inguinal y piernas”, sostuvieron y cuando consultaron a los agresores el motivo sólo remarcaron que “son problemas de presos y los teníamos que arreglar así”.

El caso

El 2 de abril de 2017, Araceli salió a cenar con amigos, luego, fueron a una plaza muy cerca de su casa en San Martín. Lo último que sus padres supieron de ella llegó en forma de mensaje bien temprano por la mañana: “Prepará el mate que voy para allá”. Nunca llegó.

Veinticinco días después, el cuerpo de Araceli fue encontrado en el patio de la vivienda de Badaracco. Para entonces, el dueño de la propiedad se escapó. Cayó dos días después, cuando una vecina del Bajo Flores lo reconoció y llamó al 911.

La causa por el crimen de Araceli tenía un solo detenido y otros ocho imputados que esperaban el juicio en libertad: Hernán Badaracco, hermano de Darío; Marcelo Escobedo; Carlos Damián Cassalz; los hermanos Jhonatan y Emanuel Ávalos; Hugo Cabañas, Daniel Alanis y Marcos Ibarra. Todos están acusados de ser cómplices del femicidio.

La causa que investigó el crimen de Fulles ya fue elevada a juicio, pero aún no tiene fecha de inicio. Y ahora murió el único detenido que tenía el caso, acusado del “homicidio doblemente agravado por haber sido cometido por una o más personas y femicidio”.

“La verdad, no le deseo la muerte a nadie. Estoy sorprendida. Quería verle la cara, que hablara en el juicio”, indicó Mónica Ferreyra, la madre de Fulles, quien se enteró del final de Badaracco.

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