Internado en el Policlínico Gemelli, el pontífice enfrenta un desafío médico severo que ha requerido ajustes en su tratamiento y supervisión constante
Por Juan Manuel Godoy
El papa Francisco, de 88 años, continúa hospitalizado en el Policlínico Gemelli de Roma debido a una infección polimicrobiana del tracto respiratorio, según informó la Santa Sede. Los resultados de las pruebas realizadas en los últimos días han llevado a los médicos a ajustar su tratamiento, ya que el cuadro clínico es más complejo de lo que inicialmente se había previsto. Aunque el Vaticano ha asegurado que no se trata de un agravamiento, la situación requiere una hospitalización prolongada y una supervisión médica estricta.
De acuerdo con el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, el pontífice argentino «está de buen humor» y ha podido realizar actividades como leer los diarios durante su estancia en el hospital. Sin embargo, su agenda habitual permanece suspendida desde su ingreso el pasado 14 de febrero, y no se ha establecido una fecha para su alta médica. Según detalló el medio El Confidencial, esta infección se suma a un historial de problemas respiratorios que el papa ha enfrentado desde su juventud, lo que incrementa las preocupaciones sobre su recuperación.
¿Qué es una infección polimicrobiana y por qué es preocupante en este caso?
Una infección polimicrobiana ocurre cuando múltiples microorganismos, como bacterias, virus u hongos, afectan simultáneamente una parte del cuerpo. En el caso del tracto respiratorio, estas infecciones pueden comprometer los pulmones, los bronquios o la tráquea, dificultando la respiración y aumentando el riesgo de complicaciones graves. Este tipo de infecciones son más complejas de tratar que las causadas por un solo patógeno, ya que los microorganismos pueden interactuar entre sí, agravando la enfermedad o haciéndola más resistente a los tratamientos.
En el caso del papa Francisco, su edad avanzada y su historial médico agravan la situación. A los 21 años, sufrió una infección pulmonar que requirió la extirpación del lóbulo superior de su pulmón derecho. Además, en los últimos años ha enfrentado episodios de bronquitis y neumonía, lo que lo hace más vulnerable a complicaciones como insuficiencia respiratoria o sepsis. Estos factores podrían ralentizar su recuperación y demandar un monitoreo constante por parte del equipo médico.
Desde su ingreso al hospital, el papa Francisco ha cancelado todas sus actividades programadas, incluidas las audiencias privadas y eventos públicos. El pasado domingo no pudo asistir a la Misa del Jubileo dedicada a los artistas, una celebración enmarcada en el Año Santo de la Iglesia católica. En su lugar, un cardenal presidió la ceremonia. Además, se ha puesto en duda su participación en la audiencia general del miércoles y en la ordenación de diáconos prevista para el próximo domingo.
A pesar de su hospitalización, el papa ha mantenido contacto con la comunidad católica. Según informó Vatican News, Francisco llamó el viernes y el sábado a la parroquia de la Sagrada Familia en Gaza, donde se refugian 600 personas en medio del conflicto en la región. Aunque su voz sonaba cansada, el pontífice expresó interés por la situación de los refugiados y mostró su apoyo a la comunidad. Estas llamadas diarias, que realiza desde el inicio de la guerra, reflejan su compromiso pastoral incluso en momentos de dificultad personal.
Un historial de salud marcado por desafíos
El estado de salud del papa Francisco ha sido motivo de preocupación en los últimos años. Desde que asumió el liderazgo de la Iglesia católica en 2013, ha enfrentado diversos problemas médicos, incluyendo una operación de colon, una cirugía de hernia y una lesión en la rodilla que lo obliga a utilizar una silla de ruedas. En marzo de 2023 fue hospitalizado por bronquitis, un antecedente que podría estar relacionado con su actual infección respiratoria.
Antes de su ingreso al hospital el pasado viernes, el papa ya había mostrado signos de fatiga. En varias ocasiones, pidió a sus asistentes que leyeran sus discursos debido a la dificultad para hablar sin quedarse sin aliento. Estos episodios podrían ser indicativos de un deterioro en su capacidad respiratoria, lo que subraya la necesidad de un tratamiento médico adecuado y prolongado.
A medida que se acerca la Pascua, una de las celebraciones más importantes del calendario católico, la agenda del papa Francisco promete intensificarse. Sin embargo, su actual estado de salud plantea interrogantes sobre su capacidad para cumplir con los compromisos previstos. La Santa Sede ha confirmado la cancelación de eventos hasta el lunes, pero no ha emitido un comunicado oficial sobre las actividades posteriores.
El papa Francisco, conocido por su energía y dedicación, enfrenta ahora un desafío que pone a prueba su resistencia física y su capacidad para liderar la Iglesia en un momento crucial. Mientras tanto, la comunidad católica y el mundo entero permanecen atentos a su evolución, esperando noticias alentadoras sobre su recuperación.