El fin de año quedó marcado por una serie de siniestros que dejaron decenas de muertos y heridos en diferentes partes del mundo.
El 2024 será recordado como un año trágico para la aeronavegación debido a la serie de accidentes que causaron decenas de muertes, heridos y grandes pérdidas materiales. Solo en diciembre hubo cuatro siniestros en distintas partes del mundo, donde el ocurrido en Corea del Sur resultó como el más grave tras la muerte de 179 personas.
Se trata de un vuelo de Jeju Air proveniente de Bangkok que se estrelló en el aeropuerto de Muan, al sur del territorio coreano, a raíz de una falla en el tren de aterrizaje.
Otro de los accidentes sucedió en Canadá, donde un avión de Air Canada sufrió un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Halifax Stanfield con un desperfecto técnico similar al anterior: un problema con el tren de aterrizaje. Afortunadamente no hubo víctimas fatales, aunque la aeronave quedó con daños graves por un incendio.
Una avería hidráulica fue la causante de otro accidente en un vuelo de KLM en Noruega, donde el avión terminó fuera de la pista sin llegar a chocar, por lo que no hubo heridos.
Un Airbus A320 de Viva Aerobús sufrió una despresurización en cabina en México, por lo que los pilotos se vieron forzados a realizar un aterrizaje de emergencia en Monterrey, con pasajeros y tripulación ilesos.
A todos estos accidentes ocurridos en diciembre se les suma las tragedias registradas a mediados del año, como el accidente de VoePass en Brasil, donde 62 personas perdieron la vida, y el de Saurya Airlines que se estrelló en Katmandú con un saldo de 18 víctimas fatales.
De esta manera el 2024 se despide con 299 muertes en accidentes aéreos, lo que indica una problemática que marca una necesidad de reforzar las medidas de seguridad y prevención de fallas para minimizar las chances de que ocurran tragedias como las vividas este año.