La precandidata a presidenta por el espacio Nuevo Más, aseguró que “es imprescindible cortar las relaciones con el Fondo Monetario Internacional” y negó que la elección esté polarizada.
La defensa de los derechos de trabajadores, el aborto legal y el concepto de poner en práctica nuevas políticas que se alejen del capitalismo son los ejes principales del plan de Gobierno que ofrece Manuela Castañeira, la única mujer que aspira a la presidencia, en este caso por el espacio Nuevo MAS. Este sector de la Izquierda no integró el frente en el que se unieron varios sectores y que encabeza Nicolás del Caño.
A sus 34 años, la socióloga afronta su segunda postulación acompañada por el docente cordobés y exdelegado de la metalúrgica Somisa, Eduardo Mulhall, como vice. En un breve análisis de la recta final hacia las PASO, la referente de la Izquierda negó que exista “una polarización tan marcada” en la sociedad y a contramano indicó que “hay un gran porcentaje del país que no quiere que continúe el macrismo ni que vuelva el kirchnerismo”
“No hay alquimia electoral que salve al macrismo del voto castigo y la campaña de Alberto Fernández es una vergüenza pidiendo más devaluación y congelamiento salarial. La gente está buscando otra vía y la Izquierda aparece con una solidez muy grande para ser parte de esas opciones”, expresó la dirigente en A Dos Voces por TN, y agregó: “No estamos tan divididos como el peronismo, está la lista de Del Caño y la mía. Se ve una nueva generación que entra a la política”.
Entre los posibles cambios que visualiza en una eventual gestión en la Casa Rosada, la joven candidata afirmó que “no debemos mantener la relación con el Fondo Monetario Internacional. Hay una brutal concentración de la riqueza, una política de ajuste y mayor desigualdad y la sociedad argentina no tiene que aceptar esto”. “No vamos a aceptar que sean los trabajadores los que siempre paguen los costos de la crisis”, precisó.