La medida fue oficializada y generó un intenso debate interno debido a la sensibilidad histórica del tema.
El Gobierno de Panamá autorizó la presencia temporal de tropas y contratistas de Estados Unidos en áreas adyacentes al Canal de Panamá, en el marco de un acuerdo bilateral de cooperación en materia de defensa. La medida fue oficializada este jueves y generó un intenso debate interno debido a la sensibilidad histórica del tema.
El convenio fue firmado por el secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, y el ministro panameño de Seguridad, Frank Ábrego. Según el documento, las fuerzas estadounidenses podrán hacer uso de instalaciones autorizadas para realizar entrenamientos, ejercicios conjuntos y otras actividades de seguridad.
Las zonas habilitadas incluyen dos bases aeronavales y un aeropuerto, todos ubicados en antiguos emplazamientos utilizados por el ejército estadounidense durante la administración de la antigua Zona del Canal, antes de la transferencia de soberanía a Panamá en 1999.
El acuerdo, con una vigencia inicial de tres años prorrogables, establece que las instalaciones seguirán siendo propiedad del Estado panameño y que serán de uso conjunto. El objetivo declarado es fortalecer la cooperación ante amenazas que pudieran afectar la seguridad del canal interoceánico.
Reacciones y polémica
El anuncio generó preocupación en sectores de la sociedad panameña, donde el tema de la presencia militar extranjera sigue siendo motivo de controversia. La reacción se intensificó tras declaraciones del secretario Hegseth, quien sostuvo que las operaciones conjuntas podrían representar una “oportunidad para revivir” una base militar en la zona.
Desde Lima, el presidente panameño José Raúl Mulino negó categóricamente que el acuerdo contemple la instalación de bases o implique cesión de soberanía. “Retiramos los conceptos de presencia militar permanente, de bases militares, de cesión de territorio, porque eso sí es inaceptable”, aseguró. Agregó que Panamá presentó al menos cuatro versiones corregidas del borrador original propuesto por el Departamento de Defensa estadounidense.
Por su parte, el canciller Javier Martínez-Acha defendió el acuerdo y rechazó que se haya comprometido la soberanía nacional. “Es rotundamente falso que hayamos cedido soberanía”, declaró en una entrevista radial. Afirmó además que el convenio no otorga exclusividad de uso a Estados Unidos y que se respetará tanto la Constitución panameña como el Tratado de Neutralidad del Canal de 1977.
Contexto histórico
La presencia militar de Estados Unidos en Panamá ha sido históricamente un tema delicado. En 1989, tropas estadounidenses invadieron el país y capturaron al entonces dictador Manuel Antonio Noriega. Tras ese hecho, Panamá abolió sus Fuerzas Armadas y estableció por ley la prohibición de bases militares extranjeras en su territorio.
Desde entonces, cualquier acuerdo de cooperación en defensa ha estado sujeto a límites estrictos y al escrutinio de la opinión pública. La reciente aprobación del nuevo pacto revive ese debate, en un contexto internacional marcado por la creciente influencia de potencias como China en la región.