Nuevo round en la pelea Quintana – Sturzenegger

El enfrentamiento obedeció a la forma como el Banco Central encaró un día complejo por el  aumento de la tasa de interés de EE.UU.


 

Una dura y áspera pelea tuvieron Mario Quintana y Federico Sturzenegger por la inestabilidad de la política cambiaria. Fue el miércoles, en medio del tembladeral que generó la venta récord de dólares para contener el billete.

Este jueves, el BCRA volvió a perder unos 900 millones.

Quintana acusó a Sturzenegger de una suerte de mala praxis y de exagerar las instrucciones políticas de la Casa Rosada, con la intención de dejarlo expuesto como responsable del traspié cambiario.

Sturzenegger apunta a Quintana por la incertidumbre y lo culpa por la decisión política que instrumentó el BCRA: modificar la estrategia cambiaria y salir a vender para contener la disparada del dólar.

La discusión fue fuerte y la escalada de acusaciones mutuas superó los cruces habituales, que anticipó hace varias semanas Clarín, entre la Jefatura de Gabinete y el BCRA.

Un ministro del Gabinete, testigo, calificó así la discusión: “Me quedé sin palabras”.

El enfrentamiento obedeció a la forma como el Banco Central encaró un día complejo por el aumento de la tasa de interés en Estados Unidos.

Esa medida desató devaluaciones en todas las monedas del mundo.

Pero el BCRA no acompañó y la Argentina fue uno de los únicos que no ajustó el tipo de cambio.

Los bancos extranjeros aprovecharon la oportunidad: anticiparon que iban a comprar todos los dólares que el BCRA saliera a vender a un precio que consideran barato. La pelea no fue por el monto perdido sino por algo quizás peor: la señal de intranquilidad cambiaria que dio la Argentina.

A pesar de tener reservas formidables, el Gobierno no logra dar certezas e inundó de dudas al sensible mercado de divisas. Ahora, además, se volvió a hablar del retraso cambiario.

Quintana acusó al BCRA de no actuar con ductilidad y tampoco tener “sintonía fina” para enfrentar el temblor financiero internacional.

En la intimidad, su equipo sostiene que Sturzenegger sobreactuó la orden de sostener el precio -cuando lo aconsejable era dejarlo fluir- para responsabilizar del problema a Quintana.

La Jefatura de Gabinete tiene informalmente “intervenido” al directorio del BCRA. En diciembre, le tocó la meta de inflación y lo obligó a bajar la tasa de interés y a mediados de marzo instruyó a Sturzenegger para que archive su política de flotación.

La orden fue precisa: “clavar” el billete por dos meses como ancla contra el alza de precios. La acción de Quintana sobre Sturzenegger tiene un aval clave: Mauricio Macri.

Por eso este jueves le torció el brazo a Sturzenegger: el BCRA volvió a modificar su estrategia cambiaria e intervino. Incluso, la tardía reacción generó ganancias fuertes entre muchos especuladores: en apenas un día cosecharon el 1,5 % en dólares.

Así, en tres meses pasó de la flotación al dólar fijo y, ahora, a la flotación.

Nadie entiende nada.

La disputa genera aun más desorientación y confusión en los mercados. El propio Jaime Durán Barba está preocupado por el avance de los economistas en las últimas decisiones de Macri.

El “gurú” advirtió que los enfrentará, si continúan dilapidando el apoyo social que tiene Macri. “Mauricio -afirma- bajó 10 puntos. Si baja más, me peleo con todos los ministros que quieren más ajustes”.

También Juan José Aranguren está en el ojo de la tormenta.Por lo pronto, Marcos Peña le dio una instrucción: prohibirle hablar en público.

Alfredo Cornejo , el titular de la UCR, le pidió al Presidente que relevara al ministro de Energía. Fue directo en su diálogo con Macri: “Presidente, yo creo que Aranguren debería renunciar”.

El gobernador argumentó: “No solo por la mala implementación de las tarifas, sino porque fracasó hasta ahora su política energética”.

Cornejo acompañó esas reflexiones con datos oficiales sobre la caída en la producción y la reservas de gas y petróleo. Ocurrió durante una reunión anterior al encuentro del jueves pasado en la Casa Rosada.

Se trató de un cónclave del cual participaron varios ministros, testigos mudos de la ofensiva. Allí Cornejo obtuvo una señal: Gabriel Fidel, un hombre de su confianza, fue nombrado director en YPF.

Macri respaldó a Aranguren y fue ahí cuando se armó el encuentro público en la Rosada. El Presidente dice que el ministro de Energía está generando las condiciones para que vengan las inversiones. Pero la nueva reunión -y la única difundida- tuvo pasajes de tensión.

Aranguren y Cornejo se hacían mutuas referencias, pero nunca se dirigieron la palabra en forma directa. Hay algo de lo que pocos hablan: la Argentina subsidia el precio de gas a las grandes petroleras y eso implica energía cara para la producción.

La UIA evita mentar el tema. Por eso el tarifazo -como el factor cambiario- sufre por una instrumentación improvisada. Una clara evidencia fue el para muchos muy marketinero anuncio de María Eugenia Vidal: bajó polémicos impuestos que el año pasado no se cobraron.

La cuestión tributaria surgió como un atajo de Cambiemos frente a la queja social.

La improvisación se nota también a nivel nacional: hace pocos meses la Casa Rosada llevó adelante una reforma tributaria -la calificaron de “histórica”-, aunque nunca abordaron el tema de los tributos a las tarifas.

Ahora está todo centrado en el Congreso. En esta difícil semana Emilio Monzó le advirtió a Macri: “Si esto no lo paramos a tiempo se puede transformar en una nueva resolución 125”.

 

Leé la columna completa de Marcelo Bonelli en el diario Clarín

 

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