Nuevo plazo para Martín Guzmán, cepo al dólar turista y el cuaderno de Hang

La brecha cambiaria reavivó la pelea entre el jefe de Economía y el titular del Banco Central. Sólo los aplaca el espanto de Cristina. Los hombres de negocios más poderosos saldrán a la cancha.


Por Marcelo Bonelli para Clarín.

Martín Guzmán tiene un plazo político concreto para que su estrategia comience a dar resultados y bajar la inflación. El plazo fijo del ministro está marcado a fuego: unos 90 días, un trimestre que termina al inicio de la primavera. Alberto Fernández fijó ese límite y tregua: Guzmán tiene que obtener antes de septiembre resultados positivos.

La decisión se adoptó después de empoderarlo. Las críticas de Cristina Kirchner lo ayudaron: Alberto fortaleció a Guzmán, para enfurecer a la vice. No se trata de un contrato. Ni un papel firmado. Es un pacto político y lo admiten en la Casa Rosada: Guzmán tiene el apoyo, pero finito, sujeto a que la inflación baje. El propio ministro prometió en Olivos una cuestión: que al inicio de septiembre la inflación entrará en cauce.

Así, Guzmán asumió un fuerte desafío para consolidar su poder. Pero enfrenta múltiples obstáculos: las reservas no levantan, la economía se desacelera y la crisis política lo acecha. Cristina ordenó a sus «marionetas» (Oscar Parrilli, Cuervo Larroque) desacelerar el hostigamiento verbal contra Guzmán. Pero sigue siendo foco de sus furibundos ataques. La vice tuvo un encuentro con Juan Zabaleta. Fue sobre el futuro político de su distrito, Hurlingham.

Así le dijo: “Guzmán, para mí, está terminado. Está cancelado”. Cristina también cuestiona a Miguel Pesce. Lo califica de “inepto” y de no cuidar las reservas. La doctora lo acusa de tener una actitud “laxa” y permitir que se evaporen los billetes del BCRA. La cuestión llevó a la vice a hacer consultas reservadas. Se reúne con Axel Kicillof para mascullar bronca y volvió a abrir un canal con Martín Redrado.

Cristina consultó al ex titular del BCRA para chequear cifras y datos que maneja la dupla Guzmán-Pesce. La vice desconfía y acusa a ambos de dibujar números. En el Senado y frente a sus íntimos repite a los gritos: “Martín ya me mintió. Ya me engaño con el FMI”.

En el Instituto Patria quieren más controles y cepos. Kicillof –su principal confidente económico- le habría sugerido restricciones adicionales y también aprovechó para tirarle duro a Pesce: “Se lo fuman en pipa”.

La bronca de Cristina está vinculada a que no le puede echar culpa al campo, ni a los poderosos y menos a las multis cerealeras. Se le cayó su anticuado relato.

El Centro de Exportadores de Cereales emitió un documento: la liquidación de mayo es récord absoluto. Los datos son precisos: el campo exportó US$ 4.231 millones y el BCRA solo pudo retener US$ 750 millones. El último martes, Pesce tuvo que vender 190 millones, la cifra más alta del año. En otras palabras: el BCRA no puede recomponer las estratégicas reservas, en el período estacional más favorable para la Argentina.

La cuestión genera alarma: será un segundo semestre caliente y -casi obvio- el mercado volverá a presionar y especular con una devaluación.

También explotaron las divisas que se erogan por turismo. El dólar solidario evaporó unos US$ 660 millones –en abril y también mayo– y en cinco meses acumula una pérdida de US$ 6.300 millones. En el BCRA –por eso- volvieron a reflotarse viejos proyectos: restringir al máximo el uso del dólar turista. El año pasado ya había ocurrido. Los “genios” del BCRA elevaron una propuesta de eliminar el dólar solidario y obligar a los viajeros a pagar todo con billetes financieros.

La resolución se llegó a redactar, pero el tema se abortó. Ahora, volvieron las mismas sugerencias. Se sabe que el problema no se arregla con más controles. La brecha cambiaria no afloja y eso enloquece al mercado. El dólar oficial –con el financiero a más de 200– es muy barato e incentiva a adelantar importaciones, gastar en turismo y cancelar deudas. La cuestión reavivó la pelea entre Guzmán y Pesce. El enfrentamiento es sórdido con el jefe de Economía. Solo los aplaca el espanto de Cristina.

Pero la disputa es tan fuerte que ambos pierden de vista cuestiones esenciales. La semana próxima se hace una cumbre mundial en Londres para evaluar la crisis alimentaria internacional. Brasil lleva 20 funcionarios. Estados Unidos, otros 50. Van empresarios y dirigentes de toda Europa. Argentina no envía a nadie. Solo expondrá Gustavo Idigoras, titular de CIARA , donde se agrupan las cerealeras.

Alerta para el segundo semestre

Se sabe que CIARA preparó un informe confidencial: fue entregado en la Casa Rosada y a los jerarcas de la oposición. En su texto advierte sobre la falta de divisas que enfrentará desde julio la Argentina.

Pesce quiere aumentar más la tasa de interés y –además– anticiparse a la inflación. Que el BCRA no vaya detrás de los índices. Guzmán se opone y contragolpea: dice que una suba fuerte de la tasa afecta la actividad. Sabe que es su cabeza la que podría rodar en septiembre y acusa a Pesce por sobrevivir como un “experto burócrata”.

Es cierto que Pesce desarrolló inigualables propiedades de preservación. Se mantuvo en el BCRA de Cristina -ocho años seguidos– a pesar de que la doctora se peleó a muerte con Julio Cobos, quien lo colocó en el 2007 como vice en el BCRA. Ahora, para preservarse justifica una delirante idea de Cristina: no emitir billetes de $ 5.000 y $ 10.000 porque eso genera inflación. Cuando los billetes se necesitan porque hay inflación.

Guillermo Hang, el secretario de Comercio, tuvo varios contactos con formadores de los precios. Hubo un cambio de estilo y un palazo para Roberto Feletti. Así los recibió: “Conozco la historia política de la Secretaría, pero mi expectativa es buscar un camino de acción distinto”. Actuó como un secretario de Guzmán. Hang utilizó un cuaderno para anotar los planteos: “Anoto y se lo consulto a Martín”.

El funcionario mostró falta de ideas. Es evidente que no hay plan anti inflacionario.

La voz de los empresarios​

El martes, los más poderosos hombres de negocios saldrán a la cancha. Los líderes de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) darán la cara y expondrán su visión estratégica de la Argentina. Se trata del evento político-empresario más importante del año. Hablarán los máximos hombres de negocios de Argentina.

En AEA tienen una visión estratégica. Conocen los desaguisados económicos que existen, pero también creen que hay un nuevo escenario internacional que Argentina puede aprovechar, debido al conflicto bélico.

Para eso van a exigir un plan concreto: que incentive inversiones privadas, para volver a crecer. El mensaje está destinado a la Casa Rosada y a Juntos. La interna de Alberto y Cristina es patética. Recién este viernes se van a ver la cara después de 90 días.

Pero la pelea en la oposición es frustrante. Mauricio Macri se empeña en desgastar a sus potenciales presidenciables. Ahora Macri censuró fuerte a Horacio Rodríguez Larreta porque fue al locro de Martín Lousteau. Así lo dijo: “Estoy caliente, eso no se hace”.

En la UCR contragolpean: dicen que Macri se parece cada vez más a Cristina, busca revancha y su egolatría no lo deja construir. Tiene 60 % de imagen negativa. Pero todos están pendientes del encuentro entre Alberto y Joe Biden. La reunión fue fruto de la tarea fundamental de Gustavo Beliz, y también Jorge Argüello y Santiago Cafiero.

Beliz tiene un diálogo fluido con Jake Sullivan, consejero de Seguridad de la Casa Blanca. Se trata del primer éxito de la política exterior del Presidente. El trío –además- logró evitar otro papelón de Alberto: que desaire a EE.UU., cuando se necesita de Biden para que no caiga el acuerdo con el FMI.

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