Los médicos lo habían desconectado el lunes pasado del soporte artificial, contrario a la decisión de sus padres, que consiguieron que el Papa Francisco les facilite la nacionalidad italiana, para un traslado que no llegó a efectuarse.
La familia de Alfie Evans confirmó que el bebé británico, de 23 meses, que peleaba por su vida en medio de una batalla legal, falleció este sábado.
«A nuestro pequeño le crecieron las alas esta noche a las 02:30. Tenemos el corazón roto. Gracias a todo el mundo por su apoyo», dijeron Kate y Thomas Evans en Facebook.
Alfie tenía una enfermedad degenerativa neurológica no diagnosticada, y Kate y Thomas luchaban por mantenerlo con vida y agotar todas las instancias. El tribunal de apelaciones se negaba a prolongar esa vida y habían decidido cortarle el oxígeno este lunes para que muera en dignidad.
Los Evans habían conseguido llevar su caso al Vaticano y entrevistarse con el Papa Francisco, que mediante un pedido suyo había logrado que le dieran la nacionalidad italiana a Alfie en 24 horas.
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El alto tribunal había rechazado la apelación de los padres de Alfie y una nueva intervención con los médicos iba a decidir si la familia Evans podía trasladarlo a su casa, mientras un avión italiano y otro alemán esperaban para efectuar un posible traslado a cualquiera de las dos capitales.
Además del desconsolado mensaje de su padre, otro en referirse a la muerte de Alfie fue Francisco, quien había mostrado su apoyo para que el tratamiento continuara y poder alargar la vida del pequeño: «Estoy profundamente afectado por la muerte del pequeño Alfie. Hoy rezo especialmente por sus padres, mientras Dios Padre lo acoge en su abrazo de ternura», fue el mensaje del Sumo Pontífice en su cuenta de Twitter.