El sobreviviente de la Masacre de Flores contó el duro camino de la reconstrucción de los hechos y criticó a la Justicia
Matías Bagnato, el único sobreviviente de la Masacre de Flores ocurrida en 1994, relató los hechos que llevaron al incendio premeditado que acabó con la vida de toda su familia y el doloroso después que le costó vivir. Además, habló sobre su opinión sobre la Justicia y los medios en este tipo de tragedias y sus sentimientos hacia el asesino: Fructuoso Álvarez González.
En una entrevista con La Burbuja por FM Millenium, Matías contó la relación de «el monstruo», como llamaban a Fructuoso con sus hermanos y sus padres: «Era el marido de una prima de mi mamá. Tenía una sociedad con mis viejos y les reclamaba una deuda. Una noche escuche a mis viejos pelear por Fructuoso. Mi mamá subió y me dijo que si recibía llamadas de él no me asuste.ara nosotros Yo tenía 16 años, no podía entender lo que pasaba».
Y continuó: «Recibíamos llamados de Fructuoso con voz distorisionada y hacía ruidos y decía cosas como: ‘uy, se murieron todos, se quemaron’. Una tarde llamó a mi abuela para arreglar una deuda y pedía algo que no era»
«Le pidió a mi abuela firmar un poder. Mi abuela no lo hizo, le arrancó los pelos, le puso cocaína en la cara y demás. A su mujer le dijo que suba porque sino la mataba. Llegaron mis viejos y esa tarde se escapó por los techos», aseguró la víctima respecto a la situación previa al incendio.
Según narró Matías, a partir de ese momento cada vez que el victimario llamaba a la familia apra atemorizarla, sus padres realizaban denuncia tras denuncia. «Ibamos a la comisaría 38 pero los policías nos decían que un tipo que dice esas cosas no hace nada», sostuvo.
Tras el episodio con su abuela y posteriormente, la muerte de su abuelo, la madre de los Bagnato decidió llevar a la abuela a vivir con ellos y, para que se distraiga, la incitó a irse de viaje a Mar del Plata con las amigas. Eso fue el 16 de febrero de ese año, mismo día en el que Nicolás Borda, amigo de los chicos, se quedó a dormir en la casa.
Fue en esa madrugada que ocurrió la tragedia: «La madrugada del 17 de febrero me desperté ardiendo. Cuando fui a buscar a mis viejos un fogonazo me tiró contra la ventana de la pieza. Un vecino me grito que no me tire porque también roció la vereda, ahi pense en fructuoso. Ahí me di cuenta que fue Fructuoso».
Lo que Matías relató asegura «no acordarse» sino que se lo contaron. «Pensé que iba a morir ahí», remarca. Lo internaron en el hospital y afirma que «nadie nunca» le dijo que su familia falleció, sino que se dio cuenta «con el paso de las horas».
En contacto con el programa conducido por Federico Seeber, resaltó el papel de su abuela, quien fue su sostén en los años después. Luego, comenzó a enfrentarse a los medios y a la Justicia. Una abogada amiga de la familia le dijo que como Fructuoso tenía mucha plata y podía volver por el, iban a «necesitar» que él hablase.
Así lo hizo, pero con «mucho miedo»: «El primer día me temblaba todo. Mi temor era que mi abuela se de cuenta de todo el infierno que viví. A Fructuoso lo detuvieron a los 4 días, drogado. Al día de hoy no confesó, y no demuestra arrepentimiento sólo dice que es un psicópata».
«El momento más terrible que viví fue la reconstrucción, en la casa y con él adelante», contó sobre el juicio que se realizó al año del incendio, y sostuvo: «Los peritos no sabian tratarme, hablaban con uan frialdad tremenda y como si yo tuviera 60 años. Tenía 16».
Respecto a su relación con la Justicia, Matías admitió que «nunca pudo estar en paz» ya que se transformó «en un abogado sin querer serlo» porque tuvo que «aprender muchas cosas» que antes no sabía que existían. «Descubrí la porquería que es la Justicia», argumentó.
En este sentido, evaluó la situación del asesino, quien fue calificado como un psicópata pero por su visión del sistema penal y judicial advirtió que «lo que corresponde es perpetua, pero podría salir el mes que viene» y así, «todos los días hay jueces que matan con la firma».
Además, consideró que pasó «todas las situaciones» ante sus sentimientos al asesino: «Sería hipócrita si digo que no lo odio. Pero todos dicen que en mi lugar lo matarían, lo cierto es que no tenemos el gen asesino que si tiene él»
Y agregó: «Me gustaría preguntarle a Fructuoso por qué mis hermanos. A mis viejos los amo, pero ver en un nicho a nenes de 7 y 14 años es destructible». Por otro lado, aseveró que su momento más dificil es su cumpleaños, cuando ve a «los amigos de mis hermanos con hijos»
«Me quedaron pocas fotos que no se quemaron. Tengo una con mis hermanos en la mesita de luz que miro todos los días», contó.