El presidente Guillermo Lasso declaró el estado de excepción en todo el sistema penitenciario tras el devastador incidente ocurrido en Guayaquil.
El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, informó a última hora de este miércoles de que son 116 los prisioneros fallecidos y 80 los heridos tras el enfrentamiento registrado el martes en la Cárcel Número 1 de Guayaquil, conocida también como Penitenciaría del Litoral. Según se confirmó, no hay ningún personal civil” o de guías penitenciarios entre los muertos.
Se trata de “una tragedia… esta pelea entre bandas, grupos delincuenciales que en la búsqueda del poder interno llegan a estos niveles”, dijo el director del Servicio de Atención a Personas Privadas de Libertad, Bolívar Garzón, en declaraciones a la radio FMundo.
El mandatario ecuatoriano, en una rueda de prensa, calificó de “lamentable” y “triste” el resultado de la reyerta en dicha cárcel y declaró el estado de excepción en todo el sistema penitenciario de Ecuador.
“Declárese el estado de excepción por grave conmoción interna en todos los centros de privación de libertad que integran el sistema de rehabilitación social a nivel nacional, sin excepción alguna, por el plazo de 60 días desde la suscripción de este decreto ejecutivo”, indica el documento firmado por el Presidente.
El hasta ayer director del sistema penitenciario responsabilizó de la matanza a bandas organizadas que son “una amenaza contra el Estado” y “que tienen un poder igual o superior al propio Estado”. Según Fausto Cobo, ahora director del Centro de Inteligencia ecuatoriano, apaciguar la cárcel de Guayaquil es un “tema tan grave” porque las fuerzas del orden tienen que entrar a los pabellones “con escudos y sin armas mientras que ellos están con granadas, fusiles y pistolas”.
Según se divulgó la víspera, una disputa entre “los choneros” y “los lobos” habría desatado el enfrentamiento armado para el coronel Mario Pazmiño, ex director de inteligencia militar, quien sostuvo que el sangriento amotinamiento evidencia que “el crimen organizado transnacional ha permeado la estructura del Estado”, cuya gobernabilidad ha sido “trastocada por la injerencia de carteles internacionales como Sinaloa y Jalisco Nueva Generación”, que operan a través de bandas locales.
“Quieren sembrar el miedo”, aseguró en diálogo con la agencia AP, y explicó que “mientras más radical y violenta es la forma de asesinar”, más logran su objetivo de control entre bandas.
Familiares de los presos esperan fuera de la cárcel noticias de sus seres queridos, llenos de angustia e incertidumbre, mientras las policía sigue revisando los pabellones.