El ministro de Economía viajará a Italia para participar en la reunión con líderes mundiales y habrá un encuentro con la titular del FMI, Kristalina Georgieva. Estiman que podría haber un acuerdo con el Fondo para antes de las elecciones.
En medio de las tensiones políticas que vive el país, a meses de las elecciones, con los cierres de listas que empiezan a marcar el camino que cada agrupación política, el gobierno busca mantener la agenda en dos ejes principales: la pandemia y la negociación con el Fondo Monetario Internacional.
En ese marco, el ministro de Economía, Martín Guzmán, viajará este miércoles, de conseguir vuelo, a Italia para participar de una reunión del G-20. La reunión entre los principales países del mundo tendrá lugar en Venecia, donde el titular de la cartera económica volverá a manifestar su apoyo al impuesto del 15% para las multinacionales y pedir que ese gravamen se eleve al 25%.
Sin embargo, la principal atracción para el funcionario nacional es la presencia en la cumbre de la titular del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva. Guzmán se reunirá con la directora del ente para plantear la necesidad de que le rebajen la sobre tasa que pagan los países que accedieron a créditos excepciones, como Argentina.
Pero también, desde el entorno del ministro de Economía son optimistas de poder tener un posible acuerdo antes de las elecciones para renegociar los U$S 44.000 millones que Argentina le adeuda al Fondo.
La posibilidad de un acuerdo con el organismo antes de las elecciones, es una novedad. Pero a eso se le suma la posibilidad de que Argentina acceda a una serie de créditos, que le permitan refinanciar su deuda, a cambio de la instalación de “industrias verdes”.
Desde el organismo multinacional impulsan la discusión por el cambio climático, donde la propia Georgieva es la que lo lleva a cabo. Las fuentes oficiales hablan del financiamiento internacional para desarrollar, en el corto plazo, desde autos impulsados por energía eléctrica, pasando por “energías limpias” e ir terminando con las industrias “contaminantes”.
Guzmán había anticipado el pasado miércoles que esto era una posibilidad. “¿Quién va a financiar la transformación productiva que países como Argentina y otros de la región necesitan por una cuestión de desarrollo económico y social, y porque en los años que se vienen va a haber un mundo que va a estar penalizando a aquellos que dañan al ambiente?”, preguntó.
En ese contexto, planteó la necesidad de modificar las líneas de crédito de los bancos de desarrollo y organismos multilaterales, con financiamientos de plazos más largos y tasas más bajas.
Pero todas las versiones tienen sus “contra versiones” y es la que señala que cualquier acuerdo con el FMI tendrá como condición necesaria no solo un ajuste fiscal -cuya magnitud se desconoce- sino que todas las provincias pongan en regla sus deudas. Esto último incluye a la provincia de Buenos Aires que tiene un debe de U$S7100 millones.
La reunión del G-20, donde estarán Guzmán y Georgieva, comenzará el 9 de julio, “Día de la Independencia”, y fecha en que Argentina hará el primer pago de U$S154 millones en concepto de intereses de la deuda reestructurada con los privados en agosto del año pasado.