El jefe de Gabinete puso paños fríos a las diversas tensiones que hay en el Gobierno en su estrategia para moderar la inflación y relanzar la economía.
En una entrevista con Infobae, Marcos Peña salió a hablar de las diferencias que existen en el equipo económico de Cambiemos. Reconoció que hubo fallas en la comunicación y ratificó la intención polarizar electoralmente en torno a los valores del cambio. «Estamos convencidos de que la mayoría no quiere volver para atrás», señaló la mano derecha del presidente Macri.
Aquí el cuestionario:
—El presidente Mauricio Macri recuperó imagen positiva en el último mes. ¿A qué lo atribuye?
—Me parece que hubo un par de meses donde se combinaron varias cosas, meses más complicados en lo económico, por hechos políticos que se iban sucediendo, tal vez fallas nuestras en términos de transmitir más claramente lo que queríamos decir. Creo que a partir de marzo se combinaron las cosas al revés. Por un lado, mejoras en lo económico y también una actitud del Presidente y de todo el Gobierno en sus convicciones, en términos de por qué estamos acá, para qué estamos acá, qué es lo que está en juego en la Argentina. Eso, junto a que la obra pública viene avanzando, cosas que no empezaron a verse más allá de las promesas, nos sirvió para recuperar apoyo de muchos argentinos que quieren un cambio, que quieren que nos vaya bien. Es lo que se reflejó en un hecho muy importante simbólicamente, un antes y un después, esa marcha del 1 de abril cuando la ciudadanía salió a defender esa visión más profunda de lo que está en juego. Todo eso junto sirvió para tener otro tipo de energía.
—¿Siente que se descomprimió cierta tensión social que había?
—Siento que hubo un intento de poner mucha carga en las protestas, en los conflictos. Lejos de debilitar al Gobierno, o al cambio –algo mucho más profundo– hubo una reacción de la sociedad para que nadie crea que puede llevarse puesto un sistema democrático.
—Ahora, sin embargo, en las mismas encuestas, por lo menos en las que yo vi, los encuestados dicen que no entienden el rumbo económico.
—Estamos en la transición de una economía muy populista, muy presente en la vida de la gente en los últimos 12 años y más también, y cuando todavía no se ve el cambio en un beneficio personal, en el bolsillo, en el día a día. Convive con eso mucha incertidumbre. El año pasado fue difícil, sobre todo el primer semestre. Fue un sacudón grande, donde también hubo una toma de conciencia. Me parece que mes a mes se va a ir despejando el temor de que estamos entrando en una crisis. Se verá que estamos haciendo lo necesario para salir de la crisis, para que crezcamos, para vivir mejor. Es natural que haya gente que tenga sus dudas.
— ¿Está conforme con la perfomance del equipo de Gobierno, con el Gabinete que dirige?
—Definitivamente, creo que lo que se ha logrado en estos 16 meses en términos de sustentabilidad política, de sustentabilidad social, de construcción de confianza, de poner en marcha una dinámica de cambio en un Estado colonizado por la política y destruido en sus capacidades de poner en marcha políticas públicas, lo que se ha logrado en inserción internacional, de expectativas de hacia dónde vamos, es muy positivo. No quita que hay que mejorar mucho más, acelerar mucho más. Hay que entender por qué estamos como estamos en la Argentina. Es por la incapacidad de construir equipos, visiones comunes, internismos, peleas. Es algo que tenemos todos en el ADN y hay que estar muy atento para tener la humildad para cuidar las personas y los equipos, porque esta es una exigencia larga y un proceso que hay que sostener mucho tiempo.
—¿A eso se deberá que la recuperación económica se esté demorando tanto, al internismo, incapacidad de trabajar en equipo?
—Me parece que no. Cuando uno mira la foto larga de la salida de una recesión, uno ve que lo más complejo en la Argentina es lo estructural de una economía muy cerrada, con déficit alto, con muchos bolsones de falta de competitividad, altos niveles de pobreza y desigualdad, problemas educativos. Esos temas estructurales hacen que lo que se viva sea en velocidades distintas. Tenemos Vaca Muerta como fenómeno que está generando miles de millones de dólares de inversión en Neuquén y una revolución en la energía y, de otro lado, sectores industriales con dificultades para los que estamos trabajando en aspectos sectoriales. De un lado el campo con su gran desarrollo, del otro sectores de la economía informal que necesitan acompañamiento. Es muy difícil un promedio nacional. Fue un error nuestro comunicar desde la macro. La realidad en la micro es mucho más diversa y tiene velocidades distintas. Pero no tenemos ninguna duda de que estamos en el camino del crecimiento, y del crecimiento sustentable.
—¿Diría usted que hubo una primera etapa del Gobierno donde se tomó la decisión de convivir con gerentes kirchneristas, o de la administración anterior, que tenían mucha decisión en el día a día de la gestión y ahora están en una etapa donde buscan intervenir en esa escala más fina?
—Sin duda, pensamos el Gobierno por etapas. Los primeros 12 o 14 meses fue la etapa de llegar, de estabilizar la economía y evitar una gran crisis, de construir acuerdos políticos estando en minoría, de construir confianza con la sociedad. Estamos ahora en una segunda etapa donde entramos a ir más profundo en cada uno de los objetivos, discutir más los temas de largo plazo, discutir también cómo fortalecer el Estado.
—Va a acompañar al Presidente a la visita de trabajo que realizará a los Estados Unidos, donde se reunirá con el presidente Donald Trump. ¿Qué espera del encuentro?
—Para nosotros es muy importante –para la Argentina lo es– seguir fortaleciendo la relación de dos países que tienen muchos valores en común, constituciones similares, historia común de inmigrantes. Muchas veces hubo desencuentros en esa relación bilateral. Independientemente de quién gobierne cada uno de los países, esa relación tiene que ser fuerte, sana, de protagonismo mutuo y valores comunes. Esperamos que con la nueva administración empecemos con la nueva agenda de trabajo, continuar cosas que se venían trabajando con la administración de Obama, en el marco de un relacionamiento internacional de nuestro país importante. En mayo el Presidente irá a China y a Japón, vamos a protagonizar la recepción de la reunión ministerial de la OMC y después vamos a ser anfitriones de la reunión de política internacional más trascendente, vamos a encabezar el G-20.
Fuente : Infobae