El ex contador sumará pruebas al fiscal Stornelli en la causa de los cuadernos de las coimas.
El ex contador de los Kirchner, Víctor Manzanares, presentará nuevas pruebas al fiscal Carlos Stornelli en la causa de los cuadernos de las coimas. Allí le entregará documentación de una de las empresas utilizadas por el ex secretario Daniel Muñoz para hacer operaciones de lavado y también aportará “un mapa” con los “escondites del tesoro de los Kirchner”.
En el libro “La confesión del contador, lo que nunca se dijo de los negocios K” del periodista Hugo Macchiavelli se destaca que Manzanares tiene “un cuarto secreto” donde guarda parte de las pruebas.
En el libro se cuenta que Daniel Muñoz le reveló a Manzanares antes de morir una supuesta reunión que tuvo en el 2011 con Cristina Kirchner y su hijo Máximo.
“Se rindieron cuentas a la viuda y al hijo, de forma independiente. Lo que Daniel Muñoz le contó a Víctor Manzanares fue que el hijo de Néstor había quedado dolido, muy dolido, porque el padre no le había tenido la confianza suficiente como para contarle todo eso”, sostiene el texto.
Más adelante se cuenta que Manzanares, que tiene custodia policial, tiene miedo de que lo maten. “Yo amo a mi familia por encima de todo, menos por encima de Dios, pero después por sobre todas las cosas… Mi familia está muy arraigada, mi familia no va a tener problemas económicos porque mi suegro tiene una fortuna importante, yo tengo que definir si me voy a Río Gallegos aceptando los riesgos de sobrevida… porque yo he involucrado a muchísima gente“, habría dicho el ex contador.
“Supongamos que Cristina me manda a matar, no sé, o alguno de la Cámpora, o Máximo, cosa que no creo, aunque él sí podría decir ‘ojalá que alguno lo mate a este’. A lo mejor, alguno podría tomar esa frase como una orden o como una indicación, y listo… O tal vez es una posibilidad, a lo mejor, que en una reunión de militantes se diga, qué sé yo, ‘a Manzanares, ojalá que el día de mañana alguien lo mate’, no como una orden, pero sí como una expresión de deseo, desde la ira. Máximo mismo no lo podría llegar a concretar nunca, pero a lo mejor algún fundamentalista lo toma como una orden. Y después, si eso pasara, diría ‘nunca mandé a matarlo’, ¿viste? “, afirmó Manzanares.
“A esa posibilidad a veces la veo como un problema por las cosas que dije sobre varios, sobre Daniel Álvarez, o sobre Roberto Sosa, o Barreiro, gente del montón que pueda sentirse afectada. Bueno, por ejemplo, Stalin mató hasta a los nietos… Entonces, yo digo, si me matan a mí no hay problema, yo lo que no quiero es que toquen a mis hijos”, finalizó.