El exfiscal de la Nación habló de la situación crítica del sistema carcelario y sostuvo «la situación acá es más acuciante, porque en otros países no hay hacinamiento como el que hay acá. Acá la probabilidad de contagio es mayor».
Tras el masivo cacerolazo que se escuchó con fuerza en barrios porteños, el conurbano y el interior del país en protesta por la salida anticipada de los presos por el riesgo que implica el coronavirus en las cárceles, habló con el programa Lado P por Rivadavia, sobre la problemática en las cárceles y las decisiones tomadas sobre los internos, el exfiscal de la Nación Manuel Garrido.
«Trato de contextualizar la situación en el marco de lo que está pasando en general en el mundo. Lo cierto es que el Covid-19, viene a alterar más la crisis en algo que ya de por sí lo tiene sobre todo la provincia de Buenos Ares, que es la problematica de las cárceles. Una situación de hacinamiento brutal y con una superpoblación crítica que viene desde hace mucho tiempo», comenzó el abogado de las causas perdidas.
«Esta situación cambia las reglas de juego y muestra las falencias que el sistema carcelario tiene y las agrava en una marco global en el que por supuesto no es una alternativa no hacer nada de hecho desde hace ya 2 meses todos los organismos internacionales vienen haciendo una serie de recomendaciones donde se incluyen a los presos» , explicó Garrido.
«Acá el tema sale a la luz con el motín de Devoto pero demuestra que acá no hubo una política consistente», agregó
El también exdiputado destacó que «hace ya por lo menos un mes hubo resoluciones de la OMS, de la ONU, de organismos internacionales y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en relación con la necesidad de disminuir las condiciones de hacinamiento en las cárceles. Esto implica hacer una reducción de la población carcelaria en forma ordenada» y agregó al respecto: «Ha habido reducciones de poblaciones carcelarias en muchos otros países».
«La situación acá es más acuciante, porque en otros países no hay hacinamiento como el que hay acá. Acá la probabilidad de contagio es mayor», alertó Garrido.
Y reveló: «La situación nuestra es crítica, las pulseras para los detenidos con prisión domiciliaria faltan desde antes de que el virus llegue a Argentina. También hay problemas de infraestructura carcelaria».
Sobre los problemas que surgen en la sociedad por la desconfianza sobre el tema, el exfiscal de la Nación dijo: «Es necesaria una información oficial para saber cuáles son las políticas, las decisiones que se han tomado, quienes salieron y en base a cuales criterios y en todo caso cuales son los criterios que debieran tomarse en cuenta».
Y amplió: «En ese sentido, la situación de incertidumbre y de enojo está generada me parece porque nadie sabe bien que pasa, no se sabe bien cuanta gente salió por tema Covid-19 o por otros motivos. No hay una información adecuada en este momento sobre las personas que están saliendo de las cárceles».
«Esta situación de caos y de desinformación de criterios claros de políticas adoptadas o a adoptar, también favorecen a esta furia que deriva en el tema del cacerolazo”, sostuvo.
Y cerró que es indispensable «diseñar políticas sanitarias, económicas, pero también una política criminal».