Manifestantes irrumpieron en el Ministerio de Desarrollo Social: hay heridos

Piqueteros de diversas organizaciones sociales causaron destrozos en el edificio de la institución en reclamo de medidas estatales. «Basta de polenta» y «Que se vayan todos», rezaban las frases que escribieron en medio de la manifestación.

Manifestantes de varias organizaciones sociales se acercaron este jueves al Ministerio de Desarrollo Social, ubicado en la Avenida 9 de julio y Moreno, y causaron destrozos en el edificio de la institución, tras querer ingresar a la fuerza: prendieron fuego gomas y se avalancharon sobre las rejas para poder irrumpir. 

«Entraron y rompieron el ingreso al Ministerio y hay pintadas que dicen ‘Que se Vayan Todos'», informó LN+. Por lo que se conoce hasta el momento, por lo menos tres personas fueron detenidas y se encuentran a disposición de la Policía Federal.

Según detalló TN, «hay trabajadores que resultaron heridos al intentar evitar el ingreso de manifestantes al edificio».

La manifestación fue convocada por distintas organizaciones sociales como el Frente Popular Darío Santillán, el FOL, el MRP y el MTD, en el marco de «una jornada nacional de lucha contra las empresas monopólicas de alimentos». El pedido es claro: que «se bajen los precios de los alimentos» y que se abran «puestos de trabajos para desocupados».

Además, los piqueteros solicitan la reducción de la jornada laboral a seis horas, el «urgente abastecimiento a comedores y merenderos populares ante la crisis alimentaria» y «tierra para producir y vivir y soberanía alimentaria».

En ese sentido, escribieron en un comunicado: «Mientras unos pocos empresarios que monopolizan el mercado alimentario nacional han quintuplicado sus ganancias en lo que va del año, más de la mitad de la población del país va a terminar el año en la pobreza«.

«Es urgente que el Estado instrumente medidas para regular y afectar las ganancias de estos sectores en función de los intereses de las mayorías populares», manifestaron, tras acusar al Gobierno de llevar a cabo una «política blanda frente a los grandes consorcios empresariales» y de «permitir la especulación y la fuga de capitales».

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