El jefe de la Aduana había negado un plan sistemático de represión ilegal de la dictadura.
El Presidente Mauricio Macri no le exigió a Juan José Gómez Centurión que dé un paso al costado porque considera que el funcionario está enfrentando con éxito el contrabando en la Aduana y porque tampoco cree tener un nombre mejor para ese sillón. Pero aquellas declaraciones sobre la última dictadura militar sentenció de tal modo a la Casa Rosada que desde la noche del domingo Marcos Peña y su equipo monitorean la polémica y evalúan los costos políticos que podrían depararle a Mauricio Macri.
En la cima del poder, en conversaciones que incluyeron al propio jefe de Estado, evaluaron echar al jefe de la Aduana durante las 48 horas que siguieron a su participación en el programa de TV “Debo decir”.
El funcionario acusado había negado la existencia de un plan sistemático de desaparición de personas durante la dictadura, y que «no es lo mismo 8 mil verdades que 22 mil mentiras». Minutos después comenzó el repudio a sus polémicas frases en distintos grupos sociales y partidos políticos.