La renovación judicial sigue en marcha, con el cual se busca cubrir 70 vacantes.
El gobierno de Mauricio Macri diseñó un cronograma para depurar el Poder Judicial y destituir mediante juicio político en 2017 a cuatro jueces sospechosos de corrupción o de mal desempeño en sus casos. De esta manera, intentan dar señales de transparencia y cambio institucional, conceptos que fueron promesas de campaña en 2015.
Mientras, el ministro de Justicia Germán Garavano, tendrá la ardua tarea de nombrar por lo menos 70 nuevos magistrados para cubrir puestos vacantes, que llegarían a 70.
Todo ello se gestionará en medio de la campaña para las elecciones legislativas de octubre próximo. El miércoles pasado, el oficialismo logró aprobar 13 ternas para cubrir juzgados desocupados.
Entre las medidas más destacadas, Cambiemos se ocupará del juez federal Daniel Rafecas entre abril y agosto, y en el último cuatrimestre del año buscará consenso para destituir a Ana María Figueroa, de la Cámara de Casación; a Oscar Hergott, camarista del Tribunal Oral Federal de la Capital, y a Jorge Ferro, camarista federal de Mar del Plata. El propósito es elevar esos casos a juicio político.
Para lograr esos desplazamientos, el oficialismo necesita reunir el voto de al menos 9 de los 13 consejeros.