El Jefe de Estado le envió un mensaje al máximo tribunal, tras considerar que «tienen desde hace más de dos años el caso para su análisis». Además, consideró que la dirigente social es una «perseguida política».
El presidente Alberto Fernández llegó de la cumbre del G7, realizado en el sur de Alemania, y de inmediato salió hacia la provincia de Jujuy para acompañar a la dirigente social Milagro Sala que padece una trombosis venosa profunda.
Tras su salida del Sanatorio Los Lapachos, el Jefe de Estado le envió un mensaje a la Corte Suprema y a los tribunales jujeños.
«Les pido a los jueces de Jujuy que dejen de lado teorías y doctrinas que se difundieron en los años anteriores a nuestro gobierno y que contradicen la esencia del estado de derecho. Y le pido a la Corte de Suprema que tiene desde hace más de dos años el caso de milagro para su análisis que se aboque al tema, que lleva más de siete años privada de su libertad», dijo.
Además, el mandatario enfatizó en que Sala es una «perseguida política» y que su detención fue una «violación a los Derechos Humanos«.
«Prolongar detenciones preventivas y detener preventivamente antes de que la culpabilidad esté dispuesta son formas de violar los derechos humanos. Es una perseguida política», afirmó.
Por otro lado, Fernández manifestó que durante su estadía en Alemania hablaba «todos los días con ella» y comentó cómo fue que se enteró de su estado de salud.
«Al llegar de Alemania me enteré que la salud de Milagro estaba expuesta. Quiero aclarar que hablo periódicamente, pero preocupado por su situación, y lo mio es una situación humanitaria, reclamo que el Estado de derecho esté vigente en todos los lugares del mundo».
Por último, Fernández dejó en claro que en el pasado no se llevó para nada bien con Sala. «Quienes me conocen, saben que nunca me llevé muy bien políticamente con Milagro, pero eso no me importa, porque los Derechos Humanos son de los que piensan como yo, son de todos. Está cerca, pero nunca estuvimos militando en un espacio político conjunto».