Milei acusa al empresario de la salud de haber apoyado a Massa y busca hacerlo cargo del ajustazo en la medicina empresaria. La furia del empresario y su verdadero enemigo en el Gobierno. La avanzada del ministro de Economía y los tres controles que usa para maniatar los precios.
Por Marcelo Bonelli para Clarín
Luis Caputo espera que este viernes el INDEC anuncie que la inflación se desaceleró. Lo vive como un triunfo, en medio de las críticas que recibe porque no tiene un plan económico y solo un paquete financiero. Ese -y no otro- es el verdadero problema con el FMI. En Washington lo quieren ayudar, pero exigen que presente un plan coherente de mediano plazo. Los precios se “deshincharon”, pero continúan en un nivel insostenible: hace estragos en salarios y jubilaciones.
En Economía dicen que la inflación de marzo estaría en el orden del 10%. Ya no se guían por las redes: fue un papelón de Toto -y después de Javier Milei- hacer pronósticos utilizando un bot trucho. El “jumbobot” trascendió la cátedra y las fronteras. Caputo fue quien descubrió la cuenta. El ministro se volvió “tuitero” y además sobreactúa cada resultado.
Toto, desde que asumió, exagera su devoción hacia Milei y el Presidente le devuelve ese gesto con apoyo. No pudo aun entrar en el círculo íntimo del libertario, pero cada vez acumula mayor poder. Las últimas proyecciones de Marco Lavagna vaticinaban lo siguiente: debajo de 13 y arriba de 10%. El último corte del INDEC ubica la inflación entre el 11,2 y el 12,2%.
Así lo adelantó Guillermo Francos en la Casa Rosada. Fue en el encuentro con la CGT. El ministro de Interior dijo: “Marzo termina arriba del 10,5%”. Pero vaticinó eufórico que “la inflación de abril será del 7% y en unos meses estamos abajo del 5%”. Santiago Caputo asintió. Aseguró que la inflación “se desploma”. Ocurrió cuando hablaban de las paritarias. Francos le hizo una promesa: “No vamos a ponerle el pie a las paritarias”.
Los Gordos desconfían. La respuesta fue el paro para el 9 de mayo. Porque el experimentado Julio Cordera les dijo, en privado, algo distinto. El secretario de Trabajo tuvo reuniones con varios emisarios. Cordera fue sincero: “Vamos a tratar de patear todo por dos meses. Vamos a bicicletear”. Por eso Hugo Moyano fue a la Casa Rosada. El camionero tuvo un encuentro secreto y a solas con Francos y Caputo. Estaba también Héctor Daer.
Moyano tiró la carne al asador. “Yo les advierto que si no homologan, paro el país”, dijo confiado. Para Toto el tope salarial es clave. Caputo utiliza tres controles para maniatar los precios y todos profundizan la recesión. El Banco Mundial proyecta una caída económica del 2,8%. Las tres anclas son poderosas: el atraso cambiario; el tope salarial y la “punción” sobre el dinero circulante .
El terceto de medidas explica la baja abrupta de los precios. Pero no elimina la inflación, solo la reprime en el tiempo.
La pelea con las prepagas
Eso generó el enojo con las prepagas. Insólito, fue el Gobierno el que abrió la puerta para el aumentazo. Y ahora Caputo se enfada. La estructura del mercado es idéntica a la de diciembre . El problema fue que la medida fue un golpazo para la clase media, votantes de Milei.
El Presidente avaló un tuit con insultos contra Claudio Belocopitt. Así, Milei le dio status presidencial a una declaración de un ignoto “termo”. Sería un troll del ejército oficialista. En privado, Milei lo acusa de haber apoyado a Sergio Massa y busca culparlo por el ajustazo. En Olivos, Milei gritaba y decía que Belocopitt “fue quien organizó los aumentos”. El tema lo obsesiona desde el inicio de febrero. En ese momento, Milei reprendió a su Jefe de Gabinete: “Nicolás, esto es una porquería”.
Belocopitt -en privado- está furioso . Dice que lo utilizan de “cabeza de turco” y que el ministro sacó el tema para congraciarse con Milei y tratar de que no se hable de los tarifazos. Está inhallable y a sus íntimos les juró que hablará cuando las cosas se aclaren porque no quiere escalar el conflicto. En privado afirma: “Yo también quiero que baje la inflación”. Mario Lugones -su enemigo íntimo- sería quien fogonea la ofensiva contra las prepagas. Lugones es un virtual ministro de Salud en las sombras. Ocupa, en lo formal, un lugar como asesor en la jefatura de Gabinete. Tiene mucha influencia: su hijo Rodrigo trabaja codo a codo con Santi Caputo en los planes mediáticos de Milei.
Lugones abrió canales informales con los capos de la Unión Argentina de Salud. Así les dijo: “Si quieren que paremos el ataque, tienen que dejar de aumentar por un bimestre”. En la UAS mantienen el silencio. Dicen que la Jefatura no sabe de números y no contempla una cuestión central: la inflación de costos que provoca -con los tarifazos en los servicios – la propia Casa Rosada.
El viaje de Milei y la interna de LLA
Milei estuvo concentrado en su gira. Mostró su inusual devoción por Elon Musk.
Antes de viajar tuvo una reunión con un integrante de la Corte. En el lapso de una hora mencionó tres veces al polémico mega empresario. Milei sueña con que Musk apoye su idea de liderar una “internacional libertaria”. Antes tiene que resolver problemas más domésticos. La “patética” pelea en La Libertad Avanza abrió un surco en el Congreso. En los bloques “dialoguistas” volvió la desconfianza y todos interrogan sobre cómo afectará la aprobación de la Ley Ómnibus. El endeble bloque oficialista está sometido a su propio destrato y peleas furibundas.
Cristian Ritondo y Miguel Pichetto también dudan sobre una cuestión: si los compromisos asumidos por Francos y Posse se van a instrumentar. Ambos opinan que la gestión de la Casa Rosada es deplorable y le agrega mucha inestabilidad el propio malhumor de Milei. Karina Milei fue fulminante el miércoles. Fue la primera que habló desde Miami con Martín Menem: “Echala, a esa no la quiero”. “Esa” era Marcela Pagano. La diputada, hasta el jueves por la anoche, pensaba resistir en su cargo en la Comisión de Juicio Político. Ya fue designada y el kirchnerismo está al acecho por otra sesión.
Menem actuó brutalmente, urgido para complacer a Karina. Intentó abortar la reunión y le cortó la televisación. Oscar Zago le tiró sin vueltas: “Sos un ignorante y un patotero”. Pagano tenía el visto bueno de Milei. El Presidente la bendijo y le mandó el sábado corazones a su chat privado de WhatsApp, felicitándola por el cargo. Pero Karina le desconfía. Todo indica que la fricción -increíble- fue entre Milei y Karina, la sociedad del poder. El “Jefe” desautorizó la decisión del Presidente de apoyar a Pagano. Milei explicó así la situación: “Fue un error, una desinteligencia no adecuadamente manejada”.
Toto Caputo viaja a EE.UU. con una obsesión: ablandar al FMI para que abra la mano y apruebe un préstamo. Rodrigo Valdés y sus burócratas quieren apoyar a la Argentina. Para eso ya se lo dijeron a Caputo que quieren un plan de estabilización, porque dicen que Caputo aun no tiene un programa serio.
También tiene la decisión tomada de no aprobar fondos para dolarizar y menos para financiar una eventual corrida cambiaria. Ademas, le exigen a Caputo una devaluación. Conclusión: el FMI solo podría prestar ahora U$S 5.000 millones. A Caputo no le alcanzan. En noviembre le prometió a Milei que iba a conseguir U$S 30.000.
Es “top secret”: Toto va a sondear un préstamo de bancos privados. En Wall Street hay una euforia sobre Milei. En la Casa Blanca son cautos. Michael Kaplan expuso en una reunión privada del Tesoro. Estaba el asesor de Biden para América Latina. El subsecretario del Tesoro afirmó: “Abro el capot del auto y lo que veo es espantoso”.