Mauricio Macri volvió a ratificar esta semana la política de “sobredosis” monetaria para contener la escalada inflacionaria. Fue en una reunión reservada en la Casa Rosada, cuando al Presidente le anticiparon los impactantes datos que -un día después- difundió el INDEC. Nicolás Dujovne entregó un “paper” extraoficial que proyecta lo siguiente: octubre tendrá una inflación del 5%, mientas que en noviembre y diciembre será del 3%. Así, el año terminaría en un récord: la friolera del 47,4%. Pero en la cumbre secreta se argumentó que la situación sería peor de no instrumentar el BCRA sus astronómicas tasas de interés.
Por eso, Macri reafirmó su aval a la continuidad del torniquete recesivo: un documento del BCRA sostiene que la “sobredosis” monetaria evitó una inflación del 8% para octubre y una aún mayor espiralización de precios. El problema es el impacto social del paquete: hay inflación récord y economía en el tobogán. Mezcla complicada para un año electoral. Esta fue la cuestión central que tuvo que responder el Gobierno, en las reuniones secretas y serias que existen internacionalmente.
Le ocurrió a Dujovne en la Asamblea Anual del Fondo Monetario. Hace una semana, en Bali, tuvo un encuentro con jefes de los principales fondos de inversión del planeta. Estuvieron -entre otros- los líderes del UBS, Credit Suisse, Morgan Stanley, BlackRock y Templeton. El anfitrión, el poderoso JP Morgan que conduce Jamie Dimon. Hubo preguntas económicas, pero el centro de la conversación fue político: el miedo profundo a que vuelva Cristina y la posibilidad de Macri de sostener el ajustazo que le prometió a Christine Lagarde.
Ayer se confirmó que el FMI trata el “caso argentino” el 26 de octubre. En Washington admiten que hay países europeos que quieren meter ruido cuando se apruebe el salvataje. Eso habría motivado la “sobreactuación” del Tesoro de los Estados Unidos apoyando en público a Macri. Steven Mnuchin dio todas las garantías de que el plan financiero será aprobado y Macri tendrá un G-20 tranquilo. Lagarde quiere que ese día ya haya media sanción del Presupuesto, para acallar a los revoltosos.
Pero aún está en duda: ayer un interlocutor del peronismo le comunicó a Rogelio Frigerio que el 24 de octubre no se trataría el Presupuesto. El peronismo aduce que quiere conocer antes el ultrasecreto “memo de entendimiento”. Los interrogantes políticos de Wall Street están vinculados a la fortaleza de la Casa Rosada. Fueron dudas similares a las que recibió Macri cuando conversó con inversores en Manhattan. En el exterior están alertados por la virulencia de la interna en Cambiemos y que ya trasciende al Gabinete. La pelea desgasta sin duda a Macri y el poder de decisión de la Casa Rosada. Elisa Carrió cuestionó el aspecto ético del Presidente . El radicalismo festeja que le “torció” el brazo al Presidente y además hay una interna durísima entre María Eugenia Vidal y Marcos Peña. La gobernadora esta decepcionada con Macri y Peña por los ajustes sobre la Provincia. Ahora, Vidal negocia con la oposición para frenar el desguace del Fondo del Conurbano.
Peña tiene diferencias con Rogelio Frigerio . Fue público por el tema de las tarifas y ahora por el Presupuesto. Frigerio dice que el 24 se aprueba. En la reunión secreta de Bali con los “lobos” de Manhattan el fuego lo desató el emisario del poderoso BlackRock, que dirige Larry Fink. Así lo dijo: “¿Con este ajuste económico, Macri puede ganar las elecciones?”.
Dujovne fue categórico: “Macri va a ser reelecto y habrá continuidad económica”. Para su respuesta desplegó toda la artillería de Jaime Durán Barba: dijo que a pesar del malestar recesivo, entre el Presidente y Cristina la gente va a reelegir al Macri. Esta estrategia genera incertidumbre en Wall Street, donde se insiste en que Cambiemos juega con fuego. Consideran que se trata de una idea electoral, que le genera serios perjuicios económicos a la Argentina. En Wall Street tienen una decisión tomada: nadie va hacer una inversión seria e importante mientras haya una chance de que vuelva CFK.
Así, la estrategia electoral polarizadora se vuelve contra la gestión del propio Presidente: sigue la desconfianza y frena decisiones importantes.
En Manhattan sostienen que la caída de Macri en las encuestas aún no tocó un piso: afirman que el impacto de la crisis recién comienza y se hará sentir fuerte a comienzos del año electoral. Por eso, allí se desarrollan teorías -por ahora inexistentes en Argentina-sobre un “plan B” si el Presidente no remonta en la preferencias. Esas opciones hipotéticas incluyen a María Eugenia Vidal y a Horacio Rodríguez Larreta .
El peligro que genera la estrategia de la Casa Rosada de alentar a Cristina también se comentó ayer en los pasillos de IDEA. El encuentro de Mar del Plata es importante, pero hasta ahora careció de algo elemental: una autocrítica seria y profunda por los hechos de corrupción que involucran al movimiento empresario y su complacencia por una década con el gobierno de Cristina. Sólo hubo frases superficiales y circunstanciales para abordar el problema. Javier Goñi, el titular de IDEA, habló del sentimiento de tristeza y sólo precisó: “Aquellos que cometieron delitos, que se atengan a las consecuencias”.
Articulo original publicado el 19 de octubre de 2018 en Clarín