El nacimiento de las aerolíneas de bajo costo gana altura en el Atlántico, hasta hace sólo un par de años era un corredor perteneciente solo a las grandes compañías.
La agresividad en los bajos precios que ofrecen compañías aéreas low cost como Norwegian Air, la canadiense Air Transat y la islandesa WOW Air ilustra la amenaza que estos nuevos actores representan para el dominio que desde hace décadas tienen rivales mucho mayores, como Delta Air Lines, Air France-KLM y British Airways. La competencia feroz de las rutas europeas cruza el océano y puede poner en aprietos a las aerolíneas que no sean capaces de ajustar sus gastos.
Los vuelos transatlánticos son un paso natural a la vista de que el mercado del low cost liderado por Ryanair y EasyJet está ya asentado en Europa. El acuerdo de cielos abiertos entre la Unión Europea y Estados Unidos abrió la puerta hace una década para que las aerolíneas que empezaban a emerger en las dos orillas del Atlántico pudieran disputar el oligopolio de las grandes y expandir así sus negocios. Pero la consolidación que siguió a la crisis aplazó el proceso.