Finalmente el actor rompió el silencio para hacer su descargo tras la fuerte acusación en su contra
Rara vez se lo vio envuelto en un escándalo por eso sorprendió mucho lo que se dijo de Laport durante toda la semana. Lo cierto es que el actor se tomó su tiempo, dejó que el agua pase un poco y finalmente Osvaldo Laport habló por primra vez en televisión de la denuncia de violencia de género en su contra que realizó la dueña de un bar de San Luis, Alejandra Camargo, luego de una discusión dentro del local. Hace unos días, el abogado del artista, Héctor Licciardi, explicó cómo se encuentra el tema desde lo legal en el programa «Pamela a la tarde», América.
«Creo que a veces transitar la vida haciendo el bien hace ruido. Me llama poderosamente la atención. Ya están hechas las acciones legales», indicó el actor en declaraciones al ciclo «Los Angeles de la mañana», El Trece. «Ustedes saben que lamentablemente hay demasiados episodios trágicos en boliches cuando los patovicas actúan», precisó el uruguayo, quien confirmó que inició las acciones legales correspondientes contra la dueña del local.
Pero Laport no fue el único que habló esta mañana: Jorge, asistente de producción de la obra, también salió a desmentir los hechos y a sostener la postura del actor: «Nada de lo que dijo la dueña del lugar sucedió. Es más, nosotros nos vimos envueltos en una situación que no elegimos, con un momento de violencia que tampoco elegimos».
A diferencia de Laport, que dijo no poder hablar por una cuestión legal, el técnico de la obra contó lo sucedido con lujo de detalles. «Nosotros decidimos ir a tomar un café al bar del hotel. Como estaba cerrado, nos mandaron a un lugar a dos cuadras. Fuimos como cualquier grupo de trabajo a tomar algo. De repente, nos vimos envueltos en una situación que nosotros no propusimos: nos quisieron trasladar a un VIP con música. No era el lugar en el que queríamos estar porque queríamos hablar», explicó.
«Lo empezaron a usar a Osvaldo como si fuera una celebritie contratada para eso. La dueña hizo traer a un fotógrafo de la calle con cámara profesional y empezó a sacar fotos. Ella dijo que eran para subirlas al sitio del lugar. Luego, empezaron a dejar entrar gente que se acercaba para sacarse fotos con él. Entonces ahí decidimos irnos. Vicky, la vestuarista, fue a pedir la cuenta y la trataron mal. Le dijeron un número de memoria y el único comentario de Osvaldo fue: ‘ni siquiera nos hicieron un descuento con todo lo que nos hicieron trabajar'», relató.