La “trepadora” y la “tarotista”: de la feroz pelea de los Milei con Villarruel al plan que se negocia con el FMI

La caída del DNU expuso el escaso músculo político del Presidente. El y su hermana, en llamas con la vicepresidenta. En Washington comienzan a haber dudas sobre la capacidad para concretar su programa, mientras Caputo apura una negociación clave.


Por Marcelo Bonelli

La pelea fue frontal. La furia total y el desacuerdo profundo. Javier Milei insultaba y trataba de “traidora” a su vice. Karina Milei usaba términos aún más duros contra Victoria Villarruel. En la Quinta de Olivos estaban furiosos. Había insultos y descalificaciones personales. Horas después, Santiago Caputo activó el “ejército de trolls libertario” contra la vice: los “tanques” pagados por la AFI repetían en forma guaranga la calentura del Presidente.

La “troika” hablaba de “los delirios de Victoria” y la acusaban de un complot político con “la casta”. Karina la acusa de “trepadora” y de llevar adelante un “complot” político. La vice estaba atrincherada en el Senado. Respondía con candidez frente a los inquisidores emisarios de la Casa Rosada: “solo aplico el reglamento del Senado”.

Pero Villarruel era punzante en la intimidad de su despacho. Dardos envenenados contra Karina: la llama “la tarotista”. Tampoco se salvaba el Presidente: no le perdona que haya incumplido el pacto sobre los ministerios de Seguridad y Defensa.

Al promediar el día ambos habrían conversado. Nadie se atreve a confirmarlo, pero existió una comunicación con mutuos reproches. Milei califica de “infiel” a Victoria. Y Villarruel de “desleal” al Presidente. Después vino lo conocido: la lapidaria nota de la Casa Rosada, que hace pública la “furia” de Milei. El Presidente montó en cólera, porque sabe lo que está en juego.

La caída del DNU este jueves en el Senado expone su talón de Aquiles y su escaso músculo político: su debilidad para instrumentar lo que promete al FMI. Exactamente, en Washington hay dudas sobre su capacidad para concretar su programa. La “crisis” política -la primera en 100 días- expuso una pelea que se inició el día que ganó Milei.

Esa noche -alrededor del hotel Libertador- Villarruel desplegó carteles a su favor. Karina la fulminó y tomo una represalia: le impidió subir al estrado con su hermano. La pelea escaló y la venganza culminó con una decisión polémica: bloquear su deseo de imponer ministros.

A partir de ahí, Villarruel armó su propia rosca política. Tiene agenda propia y se reúne con el “círculo rojo”. También recorre el país y participa de cuanto show y fiesta organizan gobernadores e intendentes. La antítesis de Milei, que odia esos festivales.

Pero las cosas empeoraron cuando Villarruel comenzó a “coquetear” con Mauricio Macri. Tuvo un encuentro secreto en diciembre con el ex presidente que despertó en Olivos todos los fantasmas. Trascendió -y nadie nunca desmintió- que Villarruel expresó que estaba dispuesta a continuar el proyecto libertario, en caso de que Milei se “mancara”.

Por eso el miércoles en Olivos se enfurecieron. Gritaban: “nos quiere boicotear”. En verdad, la Casa Rosada estuvo floja de reflejos. Se sabía hace tres semanas cuál era el destino del DNU en el Senado. Nicolás Posse obvió la cuestión, en el estratégico encuentro con gobernadores. Un pedido explícito del Jefe de Gabinete de postergar cualquier definición sobre el DNU, hubiera evitado la crisis.

La ausencia de la cuestión refleja lo “verdes” que están muchos funcionarios. La reunión con los mandatarios provinciales fue mucho más áspera que lo que trascendió. Pero los gobernadores hubieran hecho la vista gorda con el DNU. Posse inició el encuentro. Los mandatarios contragolpearon: interrumpieron para expresar su malestar con los ataques de Milei. Hebe Casado -vice de Mendoza- inició la ofensiva: “Estamos cansados de la agresión, los insultos y los trolls de la Presidencia”.

Sus palabras -ella es aliada a Milei- abrieron la compuerta: hubo una catarata de quejas contra el maltrato de Milei. Guillermo Francos interrumpió a todos. Elevó el volumen de su voz y, serio, dijo: “Yo quiero aclarar una cuestión importante”. El silencio era total. Francos afirmó: “El Presidente nunca dijo que va a mear a todos los gobernadores”.

Fue un trascendido de su visita a Expoagro. El ministro cerró: “Yo estuve y nunca dijo que los iba a orinar”. Llaryora advirtió: “Pero nos ponen como extorsionadores”.

El final estuvo a cargo del kirchnerista -y acomodaticio- Gerardo Zamora. Así lo dijo: “Hace cuatro meses que están y no hicieron nada. Comiencen de una vez a gobernar. Hay 50% de los cargos vacantes”. Milei, a su modo, lo repite y le exige a Luis Caputo resultados, lo que intranquilizó al ministro. El Presidente lo emplazó: quiere que haya algún éxito hacia fines de abril. Por eso, Toto sobreactúa en las redes sociales y exagera su admiración con Milei. Para cumplir con su jefe, el ministro aceleró la “licuación de ahorros” con las últimas medidas del BCRA. La baja de la tasa castiga a los pequeños ahorristas de clase media. Como hacía antes el kirchnerismo, ahora Caputo exageró con las empresas formadores de precio. Los retó y lo hizo público: “Ustedes remarcan con un dólar alto y hay precios inexplicables”.

Después les dijo que “estaban totalmente equivocados” si esperaban una devaluación y les juró que no va haber salto cambiario. Fue enfático y sorprendió a los “capitanes” de las alimenticias: “No se equivoquen porque el dólar va a converger hacia la baja. Se va a unificar, pero al tipo de cambio oficial”. La mayoría prefirió el silencio. Pero todos pensaron en la insostenible combinación de una incipiente inflación en dólares y vertical caída de las ventas. Martín Ticinese -capo de Quilmes- rompió el molde y se animó a desdecir al ministro. Ambos ya venían de una chicana previa porque Ticinese llegó tarde porque tuvo una reunión previa con Posse, el jefe del ministro.

Toto insistía: “Tienen que eliminar promociones y sincerar los precios”. Ticinese -un reconocido especialista en marketing- refutó la idea y advirtió: “Acá el problema es la caída del consumo y el ascenso los costos para las empresas”. Los líderes de la Cámara de Supermercados buscaron un atajo y fueron los que le propusieron a Caputo abrir las importaciones. Se trata de una antigua receta, que nunca dio resultado, para bajar precios. Pero sí excelentes negocios para los supermercados.

Eso se dijo en el crispado encuentro de la UIA. Por primera vez criticaron una medida, después de endiosar la política de Milei. Daniel Funes de Rioja lo denunció también en el encuentro de COPAL con Pablo Lavigne. La sensación que existe es que hay mucha improvisación en la Secretaría de Comercio y la propuesta de los supermercados llenó la falta de ideas de sus funcionarios. Pero Santiago Bausili está en contra de los anuncios: el BCRA no tiene reservas suficientes y no entregar dólares para comprar importaciones -que habitualmente- son de consumo suntuario. El lunes habrá una reunión plenaria de COPAL. Podría haber un documento.

También la semana próxima llega una misión del FMI comandada por Rodrigo Valdés. Este jueves hubo una cumbre con el emisario del Tesoro, Brent Neiman. Se está cocinando algo. Clarín confirmó que Caputo está negociando un plan de estabilización con Washington con la intención de aplicarlo en mayo. En el Tesoro existe voluntad de apoyar a Milei, pero la burocracia tiene dos dudas cruciales. Está escrito en un “memo” del FMI. Así dice: “La principal preocupación es que los números del déficits no son sostenibles”. La otra, más política: “No vamos a avalar con un préstamo una dolarización en la Argentina”.

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