La suspensión de las PASO preocupa a la oposición, que prepara una batalla con eje en el territorio bonaerense

Juntos por el Cambio apuesta a su fuerza en la Legislatura bonaerense para resistir la suspensión de las elecciones del año que viene en el territorio de Axel Kicillof.


Por Jaime Rosemberg para La Nación.

«Alos gobernadores, incluso a los nuestros, los beneficia todo esto. Pero vamos a dar la batalla en la provincia». La advertencia, surgida de un experimentado dirigente macrista con pasado peronista, grafica el estado de preocupación que genera la posibilidad -ahora cierta y tangible-de una suspensión de las primarias del año próximo, acordada por el presidente Alberto Fernández con la mayoría de los mandatarios provinciales y que llegaría el miércoles para su debate exprés en el Congreso.

La posibilidad de trabar la suspensión de las PASO en la legislatura bonaerense (en el Senado, por caso, Juntos por el Cambio tiene 26 bancas contra 20 del oficialismo) es una de las variables que maneja la cúpula de Juntos por el Cambio, empezando por Horacio Rodríguez Larreta, que dedicó la mañana del lunes feriado a analizar con dirigentes bonaerenses jugadas alternativas para impedir el «cambio de reglas» a días del comienzo del año electoral.

El tablero de selección de candidatos de Juntos por el Cambio contaba con las PASO para resolver situaciones difíciles, como una eventual pelea por lugares en las listas de diputados en la ciudad (con Patricia Bullrich como referente de los halcones y el larretismo proponiendo candidatos propios como su ministro de Salud, Fernán Quirós) o en provincia, dónde aún está pendiente la decisión de María Eugenia Vidal de ser la «candidata de unidad» del espacio para enfrentar al kirchnerismo. «Si va María Eugenia todos se alinean, pero si decide no ir, teníamos las PASO para evitar el conflicto», reconocen desde la oposición, y señalan como eventuales focos de conflicto las candidaturas a senadores nacionales en Córdoba y Santa Fe.

Otro motivo innegable de preocupación interna es el eventual crecimiento del voto «liberal» por fuera de Cambiemos. Son candidatos que suelen tener mejor desempeño en la primera elección y perder fuerza en las generales. Sin PASO, «los liberales» podrían conspirar contra la cantidad de bancas que finalmente consiga Cambiemos.

Mientras tanto, y como advertencia adicional hacia el gobernador Axel Kicillof (alineado con sus pares para suspender las PASO) desde el macrismo bonaerense pronostican al menos un duro debate. «Estamos dispuestos al diálogo, pero no vamos a permitir que existan reglas poco claras, o que se intente manipular una situación por conveniencia partidaria del oficialismo», advirtió ayer Roberto Costa, presidente del bloque de senadores bonaerenses de JxC en declaraciones reproducidas por la agencia Télam. En tono más combativo, el diputado bonaerense (cercano a Larreta) Daniel Lipovetzky, afirmó a LA NACION: «No estamos de acuerdo con la propuesta, la democracia no puede ser evaluada en relación a sus costos, y en la provincia se eligen diferentes cargos, hay que darle a los partidos la posibilidad de seguir fortaleciéndose a través del voto popular y evitar la lapicera». Desde JxC le proponen a Larreta, incluso, llevar la «guerra» declarada a la Ciudad por la coparticipación al territorio de Kicillof. «Si ellos nos quitan fondos en la Ciudad, nosotros le podemos trabar el Presupuesto en provincia y complicarlos», reflexiona uno de los legisladores partidarios de una mayor confrontación.

En voz baja, desde JxC se muestran «comprensivos» con el apoyo que los gobernadores radicales Gerardo Morales (Jujuy) y Gustavo Valdés (Corrientes) dieron a la suspensión de las PASO durante la reunión con el Presidente. «Están muy dependientes de los fondos de Nación para sobrevivir», los disculparon un radical y un macrista.

En la oposición, además, están atentos a lo que haga La Cámpora, que tampoco tendría a las PASO como herramienta para pelear el poder en municipios gobernados por peronistas, también con eje en la vital provincia de Buenos Aires.

Mientras tanto, los gobernadores siguen adelante de manera veloz con su propuesta, a fin de debatirlo antes del fin de las sesiones ordinarias, prorrogadas hasta fines de año.

«Estamos ante la limitación de que la legislación electoral no puede modificarse en el año mismo de las elecciones, por lo cual hay que hacerlo antes de fin de año», dijo hoy el gobernador chaqueño Jorge Capitanich en diálogo con El Destape Radio. Justamente Capitanich -que durante la reunión fue quien llevó adelante la propuesta, aceptada por todos menos por el gobernador de Mendoza Rodolfo Suárez y el ausente Larreta- aclaró que «a partir del miércoles, ya estará la iniciativa legislativa suscripta por los legisladores» y que «la idea es que tenga un tratamiento exprés en un plenario de comisiones, para luego darle media sanción en Diputados y remitirla al Senado», detalló.

Convencidos de que las PASO son «una encuesta cara», los gobernadores peronistas avanzan al mismo tiempo en la suspensión de las internas para cargos provinciales. Al salteño Gustavo Sáenz, que ya las suspendió, se sumará, según pudo saber LA NACION, el catamarqueño Raúl Jalil, que ya puso en conocimiento al Presidente de su intención de suspender las PASO provinciales y «pegar» las elecciones de diputados nacionales -previstas para marzo- con el calendario nacional de octubre.

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