La paritaria docente en la provincia de Buenos Aires va en camino a convertirse en un laberinto sin salida. A dos meses del comienzo de clases, las tratativas se empantanaron: ni los sindicatos ni el gobierno de María Eugenia Vidal se muestren especialmente alterados, y ya fracasaron 16 reuniones.
En total hubo siete propuestas salariales rechazadas (con cifras muy similares todas, a excepción de la última), y cuatro paros docentes. Los funcionarios prefieren hablar de «sueldos promedio» y recurren a fórmulas aritméticas para sostener que los maestros cobran en promedio $ 26.000. Sin embargo, los gremios también utilizan sus maniobras y ejemplifican lo que gana un docente recurriendo al sueldo inicial del maestro, que es de $12.500.
Tanto las fuentes oficiales como la de sindicatos consultadas, aseguran que en algún momento «la cuerda se tensará tanto que se cortará».
Por el lado de los gremios, tanto el Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba) como la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB), los dos con mayores afiliados en la provincia, están convencidos de que las medidas de fuerza conseguirán torcer la pulseada en este conflicto.
Pero dejan el condimento político de lado. «El gobierno sistemáticamente trató de llevar adelante políticas para desprestigiar a los maestros, en vez de respaldar y pagar un salario digno. Primero se intentó culpar a los docentes de las graves falencias que tiene el sistema escolar bonaerense. Luego se quiso poner a los padres en contra nuestro. Y hasta el año pasado se recurrió a voluntarios para que dicten clases durante la huelga. Pero la gente no es tonta y en las reuniones en las escuelas de padres recibimos su apoyo», expresó María Laura Torre, del Suteba, quien asegura percibir cansancio en la gente.
FUENTE: La Nación