Tras recibir la aprobación de su pliego en el Senado, la magistrada busca realizar un nuevo juramento para recuperar su cargo.
La jueza Ana María Figueroa, que había sido cesada de su cargo por orden de la Corte Suprema al alcanzar los 75 años de edad, límite fijado por la Constitución Nacional, pidió ser restituida en la Cámara de Casación Penal.
La petición de la magistrada llega luego de que la Cámara de Senadores aprobara su pliego durante una sesión especial que tuvo una acalorada discusión entre el oficialismo y la oposición.
«Se culminó el trámite constitucionalmente previsto y obtuve un nuevo nombramiento para mantenerme en mi función jurisdiccional», argumentó Figueroa.
En paralelo, la jueza reclamó «el pago de los salarios, retroactivos y derechos laborales que fueron suspendidos desde el 1 de setiembre de 2023».
De esta manera Figueroa quedó al aguardo de la posibilidad de realizar un nuevo juramento ante el presidente de la Cámara Federal de Casación, Mariano Borinsky, para retomar su puesto.